Samsung atribuye a un aumento inesperado de la demanda la mala calidad de las baterías de su Note 7

Samsung atribuye a un aumento inesperado de la demanda la mala calidad de las baterías de su Note 7
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Samsung quiere recuperar la confianza de los consumidores y del mercado, por esta razón ha explicado las causas por las cuales su modelo estrella, Galaxy Note 7, ardía sin contemplaciones. El responsable de la división de telefonía móvil, Koh Dong Jin, ha explicado que para satisfacer la demanda de Samsung, la producción multiplicó su producción a niveles “inéditos”, razón por la que comenzaron los problemas. Una fabricación con demasiadas prisas y con una batería que tenía un revestimiento más pequeño de lo aconsejable han costado al gigante asiático 4.800 millones de euros.

Un día más de niebla para la compañía surcoreana. Samsung ha quitado la cortina al misterio de los peligrosos incendios del Galaxy Note 7 y ha confirmado, tras una detallada investigación, que las baterías han sido las responsables de un fallo técnico en los dispositivos. El responsable de la división de telefonía móvil, Koh Dong Jin, ha asegurado que se descarta la teoría que señalaba que habían llevado al límite el diseño del aparato.

La investigación, llevada a cabo por la propia surcoreana y tres firmas más, ha concluido que la batería de los primeros modelos de Galaxy Note 7, fabricada por la filial Samsung SDI, se produjeron con un revestimiento demasiado pequeño. Esto no permitió a la pila expandirse y contraerse correctamente durante los ciclos de carga y descarga haciendo que los electrodos positivo y negativo entraran en contacto y cortocircuitaran.

La batería de repuesto, fabricada por una empresa de Hong Kong, no presentaba problemas originalmente, aunque éstos aparecieron una vez que la compañía tuvo que multiplicar su producción a niveles inéditos para satisfacer la demanda de Samsung.

Esto generó fallos en los controles de calidad e hizo que varias unidades se manufacturaran erróneamente sin membranas de aislamiento, facilitando las conocidas explosiones que les ha ocasionado pérdidas millonarias. Para poder meterse de nuevo a los consumidores en el bolsillo, el “chaebol” (empresa familiar) tiene previsto lanzar un modelo nuevo, el Galaxy S8.

Esto vendría a suponer un consuelo tras el fiasco del Galaxy Note y la implicación de la compañía en el escándalo de corrupción de la «Rasputina» que ha sacudido Corea del Sur. Esto último llevó a la fiscalía a pedir la semana pasada una orden para detener al número uno del grupo y vicepresidente de Samsung Electronics, Lee Jae-yong, que finalmente no se materializó al ser desestimada por un tribunal, evitando el que habría sido un durísimo golpe para el conglomerado.

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