Las constructoras son las que más esperan un nuevo Gobierno

Las cotizadas españolas se juegan 40.000 millones en las elecciones estadounidenses

Hillary Clinton y Donald Trump
Hillary Clinton y Donald Trump. (Foto: AFP)
Borja Jiménez

Las empresas cotizadas españolas se juegan 40.000 millones de euros en las elecciones norteamericanas. Un país, Estados Unidos, en el que hasta 16 compañías tienen una exposición superior al 15% respecto a su cifra de negocio. Si algo está claro, independientemente de quién gane, es que serán las compañías constructoras las que más se beneficiaran del incremento de gasto en infraestructuras que prometen tanto Donald Trump como Hillary Clinton.

Para muestra de la importancia de los comicios norteamericanos en España, un botón: según los expertos de XTB, Estados Unidos supone, al menos, un 20% de la fuente de generación de ingresos para seis compañías que integran el IBEX 35. Compañías como Grifols, que obtienen más de un 60% de sus beneficios entre Estados Unidos y Canadá seguirán muy de cerca las elecciones, ya que un resultado adverso para sus intereses podría afectar a la regulación del sector. Viscofan, Acerinox o Ferrovial son también algunas de las empresas españolas que más relación tienen con el país norteamericano, pues cerca de un tercio de su cifra de negocios se genera en ese país.

ACS, la constructora vencedora

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Fachada de la sede corporativa de ACS.

Demócratas y republicanos coinciden al apostar por un aumento en la partida presupuestaria de infraestructuras en un país en el que es plausible la necesidad de mejorar carreteras, puentes, aeropuertos e incluso colegios. En este sentido, según explican los expertos, además de Ferrovial, FCC y OHL, ACS se presenta como la gran vencedora de las elecciones estadounidenses, toda vez que, según los expertos, es la que mejor imagen tiene al otro lado del charco.

Sin embargo, hay que tener muy en cuenta la intención de Trump, que pretende aumentar el programa de infraestructuras más que Hillary, pero quiere favorecer a las compañías estadounidenses –mucho menos preparadas que las españolas-. Felipe López Gálvez, de SelfBank, señala a OKDIARIO que “el programa de infraestructuras de Trump es más ambicioso, aunque dada su visión `proteccionista´ probablemente las constructoras extranjeras partirían con desventaja frente a las locales”.

Por otro lado, el economista Javier Santacruz recuerda que las constructoras españolas tienen bastantes puntos ganados en Estados Unidos “porque las españolas siempre han hecho ofertas más ajustadas que otras grandes compañías”, mientras que apenas hay compañías constructoras “medianamente importantes” en Estados Unidos, donde las compañías de origen español son las que más concursos ganan y las que se llevan las obras más importantes, como la del puente de San Francisco, el aeropuerto de Denver o la remodelación del puerto de Miami.

Con el régimen de concesiones tal y como está planteado en Norteamérica, según explican los expertos, “las únicas o de las pocas que han cumplido los pliegos de condiciones y que están dando un servicio a precios competitivos son precisamente las constructoras españolas, entre las que se encuentran ACS, OHL o Ferrovial”.

Además, compañías de infraestructuras también tendrán su particular ‘agosto’ con el aumento de obra pública norteamericano, ya que en concursos como los de peajes, compañías como Abertis pueden jugar un papel bastante destacado.

Y es que Javier Santacruz cree que “las constructoras americanas no tienen mucho que hacer”, ya que “con la experiencia que tienen las españolas, obviamente cualquier oferta la pierden”. Sin embargo, lo cierto es que existe la posibilidad de que Trump opte directamente por excluir a las compañías que no sean estadounidenses de los concursos públicos. Santacruz, por su parte, cree que “una muestra de la inconsistencia de estos razonamientos es que, por ejemplo, uno de los caladeros de votos de Donald Trump es precisamente el gremio de los grandes empresarios, y muchos de ellos están relacionados con el sector exportador, como es el caso del gas o del petróleo”.

El analista independiente Daniel Galindo, por su parte, también advierte de que “Estados Unidos va a lanzar un importante plan de infraestructuras, algo de lo que se puede beneficiar las empresas españolas, que están muy bien posicionadas”.

Grifols genera un 60% de sus ingresos en EEUU

Edificio de Grifols
Edificio de Grifols

El sector farmacéutico ha sido objeto electoral de ambos candidatos. Hillary apuesta por un mayor control de precios en el sector, mientras que Trump quiere derogar la reforma sanitaria que impulsó Obama, conocida como Obamacare. En este sector, Grifols, con más de un 60% de sus ingresos procedentes de Estados Unidos, será la que esté más pendiente del resultado electoral.

Y lo cierto es que el candidato republicano podría ser la mejor opción para la farmacéutica. Marc Ribes, cofundador de BlackBird, explica que en negocios como el de Grifols, muy centrado en EE.UU., le iría bien la victoria de Donald Trump ya que, en ese caso, “no es descartable que viéramos un efecto rebote en el euro dólar que, si sube, beneficiaría a este tipo de compañías, aunque por otro lado también se verían perjudicadas por los altos niveles de volatilidad”.

Daniel Galindo, analista independiente cree que “una victoria de Trump podría provocar una devaluación del dólar, como se ha visto en semanas las previas, e incluso la FED podría posponer la subida de tipos prevista para diciembre. Un dólar más débil para empresas que dependen tanto del negocio Estados Unidos es perjudicial, viéndose mermadas sus cuentas a la hora de repatriar fondos”.

Consumo: Inditex y Viscofán con distintos intereses

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El presidente de Inditex, Pablo Isla, durante la presentación de los resultados anuales de 2015. (Foto: EFE)

Según un informe de XTB, Viscofán genera cerca de un 15% de su negocio al otro lado del Atlántico, mientras que Inditex obtiene más de un 10% de sus beneficios en Estados Unidos. En este aspecto, según Felipe López Gálvez, de SelfBank, “las manifestaciones de Trump sobre el endurecimiento de los acuerdos comerciales podría tener implicaciones en el comercio con Latinoamérica y China; de modo que, de forma indirecta, podría impactar en las empresas que tienen intereses comerciales en estos países”, como sucede con sendas empresas.

Ribes, en este sentido, cree que no tienen los mismos intereses ya que, mientras que Viscofán, como Grifols, está muy centrada en Estados Unidos, Inditex, está mucho más internacionalizada. De este modo, mientras que a la gallega le vendría de perlas un euro débil para poder exportar más a nivel internacional, a Viscofán le afecta directamente el tipo de cambio euro-dólar.

“A una compañía como Inditex le viene bien la debilidad del euro para que puedan exportar más a nivel internacional. Pero si el negocio es como Grifols o Viscofán, que están muy centrados en EEUU, entonces afecta directamente el tipo de cambio euro-dólar, y no la debilidad del euro. Es complejo, porque hoy en día se habla de que el euro-dólar se tiene que situar en el nivel de 1,15 por el superávit en las balanzas fiscales europeas, y esto significa que a pesar del QE europeo, el euro se ve más fuerte y en principio puede animar a que el euro, a pesar de la subida de tipos que se espera en EEUU, se mantenga en el nivel 1,15; pero al corto plazo podría haber fuerza en el dólar si gana Hillary Clinton, mientras que si gana Trump, se podría activar el dólar como refugio”, explica Ribes.

El analista independiente Daniel Galindo recuerda que “Inditex concentra buena parte de su crecimiento mundial en Estados Unidos, donde dispone actualmente de 72 tiendas y un plan de crecimiento anual de 12 -15 tiendas,  además de un gran margen de crecimiento en la venta online. En la última presentación de resultados semestrales el crecimiento en USA respecto al  ejercicio anterior fue del 37%. Una victoria de Trump supondría un traspié para el Plan de crecimiento en la Región, sobre todo por las medidas proteccionistas que quiere llevar a cabo. A medio plazo la situación podría normalizarse, siendo estas medidas vetadas en el Congreso por miembros del propio partido Republicano”.

BBVA y Santander piden a gritos subida de tipos

La presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín (Foto: GETTY).
La presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín (Foto: GETTY).

“La mayor estabilidad que daría la victoria de Hillary debería reactivar el proceso de subida de tipos en EE.UU. del que son duda se beneficiarán las filiales estadounidenses de BBVA y Santander”, señalan los expertos de SelfBank. Y es que hablamos de dos bancos que generan, en el caso de la entidad que preside Francisco González un 11% de sus beneficios (unos 2.700 millones), y en la que preside Ana Botín un 17% (casi 8.000 millones de euros).

En este sentido, los expertos consultados, por norma general, apuntan a una victoria de Trump como la mejor opción para el sector bancario español. Y es que, aunque piensan que una hipotética victoria republicana retrasaría la decisión de subir tipos por parte de la Reserva Federal, piensas que la normalización monetaria llegaría antes con Trump en la Casa Blanca.

El sector energético reclama apoyo estatal

Sede de Repsol en Tres Cantos (Foto: Repsol).
Sede de Repsol en Tres Cantos (Foto: Repsol).

El mal año que arrastra esta industria se debe a la caída del precio de las materias primas, que han hecho que las compañías energéticas cuenten con menos margen de beneficio. Entre las cotizadas españolas en este sector destacan Repsol, Acerinox, y ArcelorMittal. Las acereras cuentan con un volumen de negocio en Estados Unidos próximo al 30% según los expertos de XTB; mientras que la cifra de negocio en Repsol apenas alcanza el 3%.

En este aspecto, los expertos vuelven a señalar a Trump como el candidato que impulsaría a este sector, dado que su respaldo a la producción energética y a la liberalización de las exportaciones podría ayudar bastante a estas empresas. Hillary Clinton, por su parte, aboga por las energías renovables, lo que no es una buena noticia para el sector energético tradicional, pero sí para empresas como Gamesa, experta en energía eólica y que ingresó cerca de 500 millones de Estados Unidos en 2015.

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