PARA CUMPLIR EL CALENDARIO PACTADO CON BRUSELAS

PP y Ciudadanos pactan el tercer tajo al IRPF: será en 2018

Albert Rivera
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y el líder de C'S, Albert Rivera. (Foto: EFE)

El PP y Ciudadanos han pactado la tercera rebaja del IRPF, las dos anteriores se produjeron el pasado año, en el marco de las negociaciones que ambos partidos mantienen para cerrar un acuerdo y permitir la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.

Los populares han preferido descartar una rebaja inmediata pese a que Hacienda y el propio Gobierno veían compatible la bajada de impuestos con los cumplimientos de déficit que exige la UE. Ciudadanos ha logrado que los populares asuman que no habrá bajada fiscal a las rentas del trabajo hasta que el déficit público sea inferior al 3% del PIB, algo que no ocurrirá al menos hasta 2018 a tenor del nuevo calendario comprometido con Bruselas.

Según han confirmado a OKDIARIO fuentes cercanas a las negociaciones, el acuerdo contempla una bajada del IRPF “sin fecha”, pero que en todo caso “será después” de que España retome la senda del equilibrio presupuestario que marca el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la eurozona en materia de déficit público y que establece la obligación de que la brecha entre ingresos y gastos no supere el 3% del PIB. Esto implica que la rebaja se incluirá en los Presupuestos que se elaboren el año que viene, para que entre en vigor como pronto el uno de enero de 2018.

El nuevo calendario elaborado por la Comisión Europea establece una brecha fiscal máxima del 4,6% del PIB para este año (frente al 3,6% comprometido por el Gobierno), lo que supone un importante balón de oxígeno y permite no realizar nuevos ajustes para el presente ejercicio. Sin embargo, en 2017 el déficit público deberá ser inferior al 3,1% del PIB y, ya en 2018, deberá reducirse hasta el 2,2%. Sólo entonces se dará la condición que han pactado PP y Ciudadanos para bajar el IRPF.

El principio de acuerdo al que han llegado ambos partidos en la mesa de negociación establece una reducción del impuesto tanto del tramo máximo como del mínimo, lo que afectará tanto a las rentas altas como a las más bajas.

De esta forma el PP renuncia a su intención de rebajar el Impuesto sobre la Renta en los Presupuestos que ahora se están elaborando y que entrarán en vigor el próximo enero. El partido que lidera Mariano Rajoy incluyó en su programa electoral la disminución del tipo mínimo del IRPF (hasta 12.450 euros anuales de ingresos) del 19% al 17%, y del máximo (más de 60.000 euros) del 45% al 43%.

El pasado mayo, fuentes del Ministerio de Hacienda indicaron que había “margen para realizar la subida en 2017”, a pesar de que el resto de formaciones criticaron la rebaja por considerar que dificultaría el ajuste de las cuentas públicas que reclama Bruselas. El propio ministro de Economía, Luis de Guindos, dijo entonces (antes de que la Comisión Europea ampliará la brecha fiscal permitida a España para este año) que es “perfectamente factible y compatible” acometer la reducción del IRPF con el cumplimiento de los objetivos de déficit, siempre que se mantenga el ritmo de crecimiento de la economía española.

“La reducción de impuestos que plantea (el PP) es perfectamente factible y compatible. El truco es mantener el crecimiento de la economía. No tenga la más mínima duda de que será posible compatibilizar el objetivo de déficit con la bajada de impuestos”, indicó De Guindos. El problema es que en su última revisión del cuadro macroeconómico, el Gobierno ha rebajado hasta el 2,3% el crecimiento del PIB esperado para 2017, lo que supondrá, si finalmente se cumple la estimación, una notable desaceleración respecto al repunte del 2,9% previsto para este año.

El partido que no ha variado ni un ápice su posición es Ciudadanos, ya que en el pacto suscrito con el PSOE antes de la última convocatoria electoral incluyó una «reforma integral del sistema tributario”, con subidas en el Impuesto de Sociedades, Sucesiones y Donaciones, Impuestos Especiales y bajadas en el IRPF a las rentas del trabajo “cuando la situación presupuestaria lo permita” y, hasta ese momento, “no subir los tipos”. Es decir, que se subirían todos los impuestos y, en el caso del IRPF, “se mantendría” la situación actual hasta que el déficit público fuera inferior al 3% del PIB.

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