Bankia devolverá al Estado otros 200 millones de euros del rescate con el beneficio de 2016

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Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, y José Ignacio Goirigolzarri. (Foto: EFE)

Bankia espera devolver al Estado otros 200 millones de euros del rescate en concepto de dividendo a cargo de los resultados que obtenga en 2016. La entidad financiera confía en remunerar a los accionistas con una cantidad próxima a los 300 millones de euros, en línea con el dividendo pagado el pasado marzo por el resultado de 2015 y, al cierre del primer semestre, ya ha reservado 168 millones de euros para este fin, de los 481 millones obtenidos de beneficio.

El Estado es propietario del 64% de la entidad financiera, a través del FROB, tras la inyección de 22.424 millones de euros realizada para salvar a la antigua caja de ahorros y asegurar el dinero de los depositantes. Y por ese porcentaje de capital cobra el correspondiente dividendo. Hasta el momento Bankia ha devuelto 1.820 millones de euros del rescate.

Según han confirmado fuentes financieras a OKDIARIO, el banco que preside José Ignacio Goirigolzarri espera incluso poder superar los citados 300 millones de euros de dividendo, a pesar de que el escenario que afronta el sector es complicado, debido a la creciente presión sobre los márgenes causada por los bajos tipos de interés, la competencia entre entidades y las nuevas exigencias regulatorias.

En todo caso, la cantidad que reservará Bankia en la segunda mitad del año para remunerar al accionista será inferior a la provisionada entre enero y junio (los citados 168 millones) porque en el cuarto trimestre hay que hacer frente a gastos extraordinarios, como la aportación al Fondo de Garantía de Depósitos.

No obstante, en el informe de gestión enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Bankia advierte que “cualquier modificación del marco regulatorio motivada por cambios en las políticas de los gobiernos, el proceso de la unión bancaria o de cualquier otro tipo pueden derivar en nuevas exigencias regulatorias que afecten a los niveles de solvencia, generación de resultados futuros, el modelo de negocio, la política de dividendos y la estructura de capital y de pasivo del Grupo Bankia”.

Y es que el futuro de la entidad todavía debe despejarse, ya que dependerá de la estrategia del nuevo Gobierno que se forme. El ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, quiere que el Estado venda todos los títulos de Bankia antes de que termine 2017, para salir completamente del capital. Sin embargo, el resultado de las elecciones generales y la incertidumbre sobre quien será el nuevo inquilino de La Moncloa, son factores que pueden variar este plazo.

A todo ello se añade la operación puesta en marcha por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) para fusionar Bankia con BMN, otra entidad participada por el Estado con el 65% del capital. El Gobierno en funciones ha decidido no impulsar esta operación hasta que haya nuevo Ejecutivo y las exigencias regulatorias obligan a realizar antes una subasta competitiva que permita al resto de entidades financieras poder optar a integrar en su negocio al banco que preside Carlos Egea, resultante de la unión de Caja Murcia, Caixa Penedès, Caja Granada y Sa Nostra.

La clave está, por tanto, en saber si Bankia ofrecerá un precio lo suficientemente atractivo para hacerse con BMN, superando las posibles ofertas de otras entidades, incluidas las extranjeras que pudieran estar interesadas. Fuentes financieras apuntan que el banco que preside José Ignacio Gorigolzarri quiere integrar a BMN en su negocio, a pesar de que le inyectaría 2.700 millones de euros en créditos “tóxicos” (préstamos de dudoso cobro) justo en un momento en el que Bankia está inmerso en un proceso de venta de cartera de préstamos impagados.

Una vez realizada la fusión, el mecanismo para privatizar la entidad resultante es ir vendiendo paquetes accionariales de forma progresiva, para no penalizar la cotización y realizar una “salida ordenada” del Estado del capital del banco, según explican fuentes gubernamentales. Ese es el plan que tiene De Guindos y va en línea con lo que desea la directiva de Bankia. En otros países como en Reino Unido y Holanda se ha empleado este sistema para facilitar la vuelta al mercado de las entidades rescatadas.

Aunque no todos los partidos políticos quieren que el banco que preside José Ignacio Goirigolzarri vuelva a manos privadas, ya que Podemos e Izquierda Unida quieren usar Bankia para lanzar un modelo de banca pública similar al puesto en marcha en la etapa de las cajas de ahorros, que llevó a la quiebra a varias entidades obligando al Gobierno a pedir asistencia financiera a la Unión Europea. La estrategia de Unidos Podemos es fusionar BMN, Bankia y el Instituto de Crédito Oficial (ICO).

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