Bronca Montoro-De Guindos por las previsiones de crecimiento enviadas a Bruselas: 2,8% frente a 2,3%

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Luis de Guindos, junto a Soraya Sáenz de Santamaría y Cristóbal Montoro. (Foto: EFE)

El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, y el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, han protagonizado una nueva bronca a cuenta de las previsiones económicas enviadas a Bruselas para cumplir los compromisos de déficit público y retomar la senda del equilibrio presupuestario. El titular de Hacienda considera que el de Economía se ha quedado corto a la hora de estimar el crecimiento del PIB del próximo año, lo que obligará a elaborar unos Presupuestos Generales el Estado (PGE) para 2017 demasiado restrictivos.

Según confirman OKDIARIO fuentes de La Moncloa el enfrentamiento ha sido muy sonado y se produjo la semana pasada, justo en un momento en el que el presidente en funciones, Mariano Rajoy, está deshojando la margarita para confeccionar el nuevo Gobierno. De Guindos ha logrado cerrar un acuerdo con Bruselas muy beneficioso para España, lo que le sitúa en una buena posición para ser, incluso, vicepresidente económico. A favor de Montoro está el trabajo que ha hecho durante los últimos años para cuadrar las cuentas públicas y lidiar con las comunidades autónomas, una labor que es muy apreciada por el presidente.

La bronca se ha producido a tenor del dato de crecimiento previsto para el año que viene que el Gobierno ha incluido en su nueva revisión del plan de estabilidad. De Guindos ha logrado que se fije en el 2,3%, en línea de las previsiones del Banco de España, una cifra que Montoro considera demasiado prudente. Para el ministro de Hacienda es más probable que el PIB crezca en torno a un 2,8% en 2017, debido a la velocidad de crucero de la economía española. De hecho este año el crecimiento será del 2,9%, según las estimaciones oficiales del Gobierno, dos décimas más que lo estimado en el primer documento enviado a Bruselas antes del verano.

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Cuadro macroeconómico elaborado por el Ministerio de Economía y que sirve de base para los PGE.

Las consecuencias de que la estimación sea del 2,3% o del 2,8% son muy relevantes, ya que un mayor crecimiento económico estimado se traduce en un aumento de los ingresos fiscales esperados y, con ello, se consigue una mayor capacidad de maniobra para determinar un techo de gasto que facilite el cumplimiento de los objetivos de déficit.

El nuevo calendario elaborado por la Comisión Europea establece una brecha fiscal máxima del 4,6% del PIB para este año (frente al 3,6% comprometido por el Gobierno), lo que supone un importante balón de oxígeno y permite no realizar nuevos ajustes para el presente ejercicio. Sin embargo, en 2017 el déficit público deberá ser inferior al 3,1% del PIB y, ya en 2018, deberá reducirse hasta el 2,2%. Por lo tanto, será el próximo año cuando el Ejecutivo deberá hacer la mayor parte del ajuste estructural. Por eso es tan importante acertar con el crecimiento económico que sirve de base para la elaboración del techo de gasto y los PGE de 2017.

La segunda bronca con el Gobierno en funciones

Este enfrentamiento entre De Guindos y Montoro es el segundo que se produce con el Gobierno en funciones. El pasado mayo ambos ministros mostraron diferentes criterios sobre el plazo extra que debía negociar España con Bruselas para evitar la sanción por el incumplimiento fiscal de 2015 y establecer un nuevo calendario para reducir el déficit público y situarlo por debajo del 3% del PIB, tal como establece el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE.

Tal como publicó en exclusiva OKDIARIO, Montoro deseaba que Bruselas diera una prórroga de dos años a España, en lugar de uno, como planteaba De Guindos. La razón era que el ministro de Hacienda consideraba que un aplazamiento de sólo un ejercicio sería letal para la economía, ya que obligaría a realizar un gran ajuste que tendría un importante impacto en términos de crecimiento. La Comisión Europea ha dado la razón a Montoro y, aunque el que ha negociado la prórroga ha sido De Guindos, las autoridades comunitarias han optado finalmente por abrir la mano y dar los dos años que pedía el titular de Hacienda.

Estas actuaciones de Montoro y De Guindos indican el compromiso de ambos ministros y ponen de manifiesto que ambos quieren seguir el Gobierno una vez que Mariano Rajoy sea investido presidente. De momento es el actual ministro de Economía en funciones quien ha recibido el encargo de negociar con el primer espada económico de Ciudadanos, Luis Garicano, las medidas que servirán de base para el documento que España debe enviar a Bruselas antes del 15 de octubre como condición para evitar la multa y la congelación de los fondos estructurales. No obstante, Montoro no está de brazos cruzados, ya que su equipo está trabajando en la elaboración de los PGE para 2017 para cumplir los plazos legales y evitar la temida prórroga presupuestaria. Todo dependerá, como siempre, de lo que decida Mariano Rajoy.

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