¿Sirve realmente copiar aquello que funciona?

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(Foto: iStock)

Es habitual que, cuando una determinada idea ha tenido éxito en el mercado, intente ser replicada por otras empresas o que emprendedores decidan entrar en aquel segmento que, parece, se encuentra en crecimiento. Ahora bien, el hecho de copiar una idea exitosa no significa, ni mucho menos, que la nuestra tenga la misma suerte. Hay muchos factores a tener en cuenta para replicar, en una nueva organización, aquello que ha funcionado en otra.

¿Qué considerar al querer copiar una idea de éxito?

Primero de todo, hay que tener en cuenta que el público, entre el original y la copia, siempre se quedará con el primero. El hecho de haber sido los primeros en el mercado otorga una ventaja competitiva que es complicado superar. Por lo tanto, cuando se quiere replicar esta idea de negocio, hay que vigilar con lo siguiente:

  • Enfocarse solamente en el elemento diferenciador: puede que el éxito de un producto o servicio haya sido resultado de un elemento totalmente distinto que ha acertado justo a las preferencias o necesidades del público objetivo. Ahora bien, el producto lo componen otros elementos que, también, hay que estudiar y replicar correctamente.
  • No considerar los valores o imagen de la empresa: en un contexto tan competitivo como el actual, algunas veces, la decisión de compra por parte del cliente se toma por elementos más emocionales que estrictamente relacionados con las características del producto o servicio. Por lo tanto, si solamente se copia un producto sin tener en cuenta los valores con los cuales el público objetivo se siente identificado, el resultado puede ser nefasto.
  • Distintas preferencias según localidad o país: no en todos los lugares, hasta dentro de un propio país, los consumidores presentan las mismas preferencias o necesidades. Por lo tanto, antes de lanzar un producto, hay que realizar el correspondiente estudio de mercado para asegurarse que las preferencias mostradas por el público de nuestra zona son las mismas que donde se ha lanzado anteriormente con éxito.
  • No considerar la logística y distribución: todos los factores relacionados con los costes y en cómo hacemos llegar el producto al consumidor son clave para entender el éxito de una empresa, ya que tienen un impacto directo sobre el margen. Puede que, gracias a replicar correctamente la estrategia de marketing y de producto, la empresa obtenga unos ingresos considerables, pero que opere a unos costes excesivos en relación a estos.
  • Determinar los propios recursos y capacidades: una empresa debe de conocer sus propios límites. Para ello, hay que determinar cuáles son los recursos propios disponibles para invertir y hasta qué punto puede endeudarse. Puede que, por desgracia, no disponga de la estructura adecuada para crecer en relación a esta innovación.
  • Equipo humano disponible: toda adaptación de un proceso implica cambios que deben de ser conocidos por toda la organización. En caso que estas variaciones en la forma de funcionamiento sean estructurales, hay que impartir la formación correspondiente para que cada uno desempeñe su trabajo de la mejor forma posible.
  • No considerar la legislación de cada país: en cada territorio existe una legislación propia sobre aspectos varios relacionados con aquellas gestiones que debe realizar una empresa para abrirse a un mercado, impuestos, gestiones administrativas… Por lo tanto, hay que conocerlas porque puede que, aquello que en un país está permitido, en otro no.

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