300.000 españoles lograron salir de la pobreza extrema en 2015

Pobreza

La cifra de españoles en situación de carencia material severa se redujo en España en 2015, según los datos facilitados por Eurostat.

La mejora del mercado laboral comienza a notarse en el número de personas en condiciones de pobreza absoluta. Si en 2014 alcanzó el 7,1% de la población, en 2015 esta ratio disminuyó hasta el 6,4%. Para un número de 46 millones de residentes en España, esto implica un descenso desde los 3,2 millones a los 2,9 millones. Es decir, unos 300.000 españoles lograron salir de la privación severa el año pasado.

Se trata de la primera vez que se baja el número después de cuatro años seguidos empeorando. No obstante, a pesar de la dura crisis sufrida, el porcentaje de ciudadanos que sufre privación severa se sitúa por debajo del 8,2% registrado en la media de la UE y del 7,1% contabilizado en la zona euro.

Al compararnos con algunos de los principales países de nuestro entorno, nos encontramos en bastante mejor situación que Italia pero peor que Alemania, Francia o Reino Unido, tal y como se puede apreciar en el cuadro recogido a continuación.

Tabla 1. Carencia material severa (% de la población)

España UE UEM Alemania Francia Italia Reino Unido
2008 3,6 8,5 5,9 5,5 5,4 7,5 4,5
2011 4,5 8,9 6,8 5,3 5,2 11,2 5,1
2012 5,8 9,9 7,7 4,9 5,3 14,5 7,8
2013 6,2 9,6 7,5 5,4 5,1 12,3 8,3
2014 7,1  9,0 7,4  5,0  4,8 11,6  7,3
2015 6,4 8,2 7,1 n.d. 4,5 11,5 6,1

Fuente: Eurostat, abril 2016

http://ec.europa.eu/eurostat/tgm/refreshTableAction.do?tab=table&plugin=1&pcode=t2020_53&language=en

De acuerdo con los criterios de Eurostat, esta carencia material severa existe cuando al menos se dan cuatro de los siguientes conceptos:

– No puede permitirse ir de vacaciones una semana al año.
– No puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días.
– No puede permitirse mantener la vivienda a una temperatura adecuada
– No tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos por valor de 650 euros o más.
– Ha tenido retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal como hipoteca, alquiler y recibos o retrasos en compras a plazos en los últimos doce meses.
– No puede permitirse disponer de un automóvil.
– No puede permitirse disponer de teléfono.
– No puede permitirse disponer de un televisor.
– No puede permitirse disponer de una lavadora.

No obstante, de ordinario se suele emplear el indicador Arope diseñado por la Comisión Europea, el cual establece que la proporción de pobres en España ascendió en 2014 al 29% de la población. Pero, ¿de verdad hay en España 13,6 millones de pobres?

En realidad, este indicador mide la pobreza relativa. Y para ello van añadiendo pobres con diversos criterios. El primero es el ya mencionado de la carencia severa. Luego se suman además aquellas personas que hayan trabajado pocas horas, sin tener en cuenta si pueden disponer de otros medios de subsistencia. Y, por último, se incluye a cualquier individuo que tenga declarado fiscalmente un 60% de la renta mediana del país. O sea, que por ejemplo no se contemplan los ingresos en negro. O los servicios públicos que son gratuitos como la Sanidad o Educación.

Por no hablar de que no se plasma si una persona disfruta de una residencia en propiedad sin hipoteca, lo que conlleva que no ha de costear un alquiler, algo que en España rebajaría la tasa de pobreza porque el porcentaje de ciudadanos con vivienda en propiedad es de los más elevados de Europa.

Tampoco se tienen en cuenta las diferencias regionales en precios que suelen alterar mucho los resultados. De hecho, cuando se examinan las conclusiones del indicador Arope suelen salir peor parados los países más pobres. Pero también los países más grandes, precisamente por esas diferencias regionales. Sin embargo, esas disparidades no implican necesariamente pobreza, ya que no se pondera el nivel de precios de esas regiones y, por tanto, la capacidad de compra. Así, un madrileño que verbigracia ingresa 20.000 euros puede resultar de facto más pobre que un andaluz que cobra 15.000 euros. Pero, en cambio, en la estadística aparecería el andaluz como más pobre, empeorando el resultado. Por este motivo, los países más pequeños suelen salir siempre mejor en la foto al no contar con tantas asimetrías regionales en precios y salarios.

Otra señal de que el indicador Arope no parece bien construido radica en que siempre arroja unas tasas de riesgo de pobreza entre el 20 y el 30% de la población, sea cual sea la coyuntura o el país. De hecho, la media europea se sitúa en el 25%. Y se antoja bastante difícil creer que uno de cada cuatro europeos viva en la pobreza. En consecuencia, conviene recordar que el indicador Arope cuantifica la pobreza relativa y no una pobreza extrema o absoluta.

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