Consejos generales de inversión

Antes de realizar cualquier tipo de inversión, se recomienda seguir una serie de pasos. Hay que entender que, mayor o menor, siempre existe un riesgo y que existe el peligro de ver reducido el patrimonio propio. Estamos tratando con el resultado del esfuerzo de muchos años. Por lo tanto, es imprescindible tomar en consideración todas las dificultades y no aventurarse en ninguna inversión que pueda suponer unas pérdidas excesivas. Así pues, se recomienda lo siguiente antes de introducir el capital en alguna inversión:

Conocimiento de la propia situación financiera

El inversor debe tener clara cuál es su situación patrimonial. Es decir, cuál es el capital que puede invertir y si tiene algún tipo de deuda y a qué plazo. A partir de aquí, pensará cómo diversificar su capital; es decir, qué parte prefiere invertirlo en activos de más riesgo y qué proporción irá destinada a activos más conservadores.

Marcar los objetivos de rentabilidad

Todo inversor espera obtener un rendimiento positivo en forma de beneficios de su inversión. Nadie invierte para quedarse con lo mismo y, aún menos, para perder. Estos objetivos deben ser realistas y de acuerdo con la aversión al riesgo que se haya decidido tomar. Es decir, no se pueden esperar rentabilidades exageradas si el riesgo a tomar es bajo.

De la misma forma, hay que ser consciente que inversiones más arriesgadas tienen más probabilidades de acabar en posibles pérdidas. Estos objetivos, según la evolución general de los mercados, pueden ser revisados ante cambios inesperados.

Estudiar los diferentes mercados

Existe una gran cantidad de mercados e instrumentos donde poder invertir. No por ser más desconocidos implica que la rentabilidad vaya a ser menor. Por lo tanto, no hay que menospreciar ninguna opción, y menos si es sugerida por algún experto en la materia.

Medir el riesgo de cada posible inversión

Cada inversión tiene su propio riesgo. Para llegar al riesgo medio que se quiere asumir, hay que medir el riesgo concreto de cada opción para acabar de configurar la cartera de acuerdo a los parámetros marcados.

Trazar un plan o estrategia

De acuerdo a la evolución esperada de los distintos mercados, trazar una línea de inversión. Aunque finalmente haya variaciones no esperadas, es importante tener un plan de inversión a medio y largo plazo porque da una idea de aquello que se quiere conseguir y en qué tipo de mercados se prefiere estar.

Marcar unos puntos a partir de los cuales decidir realizar cambios

Serían como unas “líneas rojas”, señales de alerta que, en cada inversión, nos adviertan que es preferible salir de allí y colocar la inversión a otro lugar.

Configurar una hoja de seguimiento

Los cambios en el mercado son constantes, hasta dentro de un mismo día puede haber variaciones muy importantes. Por ese motivo, es imprescindible llevar un control exhaustivo y a diario de la situación y evolución de la cartera de inversión y de todos aquellos mercados en los que invertimos y tenemos pensado invertir.