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Solari se la juega en Pontevedra

Se acaba el crédito. El Castilla de Santiago Solari llega a Pontevedra con la obligación de sacar tres puntos o, por lo menos, dar sensaciones de vida. El filial madridista en estos momentos no da ningún tipo de esperanza. Sin fútbol, en crisis de resultados, 13º clasificado y a tres puntos del descenso es complicado sacar algo positivo. Los blancos suman ocho puntos de 21 posibles y el Di Stéfano sólo ha podido ver como ganaban al Talavera.

En el club empiezan a pensar que podría haber llegado el momento de hacer un cambio si no cambian las cosas. Frente el Guijuelo hace una semana se escuchó por primera vez «¡Solari dimisión!» en la grada de Valdebebas. Los escasos aficionados que siguen acompañando al Castilla en casa empiezan a cansarse de las faltas de alegrías. Y es que, los madridistas no es que no ganen, que eso ya es grave, es que ni siquiera son capaces de elaborar un buen fútbol. Es un equipo plano. Sin ideas. Y, sobre todo, sin gol.

Posiblemente, el argentino no sea el único culpable de lo que está sucediendo. Pero la verdad es que la apuesta del club por él se está agotando. La temporada pasada fue mala, aunque el equipo nunca terminó de acompañar. Este curso el Madrid, encabezado por Ramón Martínez, se ha puesto las pilas confeccionando una gran plantilla donde se han incorporado jugadores como Cristo, Arturo o Mancebo. Estas contrataciones, sumadas a la base que perdura del curso pasado y a los jugadores que han subido del Guti Team, el mejor equipo juvenil en la historia del Real Madrid, tendrían que ser suficientes para ver una notable mejoría. Pero no es así.

Con todo esto, si el Castilla no es capaz de ganar al Pontevedra en Pasarón, se podrían tomar decisiones. En el club existe el temor de que el equipo comience a pelear por los puestos de descenso contra clubes muchos más preparados que ellos para asumir esas circunstancias. El Castilla está diseñado para cotas mayores y en el Madrid se duda de la capacidad de estos jugadores para vivir con la presión que supone el no perder la categoría. En los últimos años diferentes filiales han descendido tras vivir dinámicas parecidas a la del Castilla.

Una historia conocida

El Castilla ya vivió una situación parecida a la actual en el año 2011. Un equipo dirigido por Alejandro Menéndez no terminaba de encontrar el fútbol. Ese año también subieron varios juveniles llamados a marcar el futuro del club como Carvajal, Morata o Jesé. Tras una primera vuelta en la que el equipo terminó décimo, el entrenador gallego fue destituido y Alberto Toril, entrenador del Juvenil A, cogió la riendas. Al final del curso los blancos terminaron jugando playoffs y al año siguiente ascendieron a Segunda División.

La historia se podría repetir si finalmente Solari no sigue y Guti asciende desde el primer juvenil. No obstante, desde Valdebebas se sondean otros nombres para ocupar el banquillo del Di Stéfano. No dejar tocado al Juvenil A es una de las prioridades del club.