Vinicius resucita a un muerto

El Real Madrid goleó al Leganés y encarriló el pase a los cuartos de la Copa del Rey. Ganó 3-0 en un partido sin mucha historia con goles de Sergio Ramos de penalti, Lucas Vázquez y Vinicius. El brasileño volvió a ser el mejor jugador de su equipo, el soplo de aire fresco, la gran esperanza blanca. Sí, amigos, Vinicius resucita a un muerto.

Vinicius resucita a un muerto
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

Vinicius es la estrella de este Real Madrid. Se fue Cristiano y el madridismo necesitaba encomendarse a una nueva estrella. Bale y Benzema no iluminan lo suficiente y, como aquí no vino nadie en verano, el brasileño se ha convertido en el nuevo niño bonito del Bernabéu. Vinicius fue el Prozac que curó al Real Madrid de la depresión porque es un artista que levanta a un muerto. Por cierto, ganó 3-0 el Real Madrid al Leganés y, de paso, encarriló su pase a los cuartos de final de la Copa.

Rotó Solari a más de medio equipo pero ni así Isco era titular. Sí jugaba Vincius, que es para el Real Madrid un cruce entre el barco de Jack Sparrow (la Perla Negra) y Luka Doncic en la NBA (la gran esperanza blanca). También entraban los suplentes habituales, desde el proscrito Keylor a los jóvenes Odriozola, Reguilón, Valverde o Ceballos o al siempre cumplidor Nacho.

Como era un equipo inédito, me permitirán que se lo recite así de memoria. Portero, Keylor Navas. Defensas, Odriozola, Nacho, Ramos y Reguilón. Centrocampistas, Casemiro, Valverde y Ceballos. Delanteros, Lucas, Vinicius y Benzema. Era un equipo joven y fiable, aunque para este Real Madrid la fiabilidad es igual que para el McLaren de Alonso: una utopía. Este equipo es regular en sus pinchazos, pero fiable no.

Dominó de salida el Real Madrid con un Ceballos mandón y un Leganés muy replegado. La velocidad de Vinicius asomó desde muy pronto en el partido y pronto hizo de la banda izquierda el patio de su casa. También Odriozola se asomó por la derecha para centrar a Benzema. Cabeceó fuera el francés en el 14, igual que tiró fuera en el 15 después de una buena jugada coral del equipo blanco. Por eso el Real Madrid necesita un 9 como el comer.

El Madrid de más a menos

Con el paso de los minutos perdió gas el equipo de Solari y se asentó el Leganés, que tuvo una buena falta en la frontal para hacer un gol pasados los primeros 20 minutos. Luego tendría un mano a mano de Braithwaite ante Keylor que el jugador del Lega echó fuera.

Y entre medias volvió el escándalo del VAR. A Odriozola le hicieron un penalti clamoroso, escandaloso, brutal. Jesús Gil (Manzano) no lo vio, pero Mateu Lahoz, que estaba en el VAR (creemos que con V), tampoco. Al final van a tener razón los madridistas que piensan mal sobre la transparencia del VAR y de este nueva Federación de Rubiales.

El partido se convirtió en un puro correcalles. El Real Madrid se desconectó del partido y permitió que el Leganés se asomara al área de Keylor. El meta del equipo blanco, fiel a su costumbre de vivir debajo de los palos, rechazó con muchos apuros un remate blandito de Braithwaite.

Al filo del descanso sí encontró Odriozola el penalti que había merecido antes. Esta jugada fue mucho más light, con un suave empujón de Gumbau del Leganés, pero Gil Manzano se fue al punto de penalti. Lo ejecutó Sergio Ramos con suavidad y un sutil engaño que hizo vencerse a Cuéllar hacia el lado contrario.

A la segunda, penalti

El gol zanjó el primer tiempo con un resultado excelente para el Real Madrid en virtud del juego desplegado. Y arrancó la segunda con el equipo de Solari dispuesto a dejar la eliminatoria encarrilada antes de Butarque. Hablando de Solari, el técnico Danone (caduca a final de temporada) no movía el banquillo a pesar de que a su equipo no le venía mal algo de frescura.

El Real Madrid empezaba a embelesarse en sus propios toques. Ceballos quería ser más barroco que Góngora, Vinicius hacía más bicicletas que Decathlon y los blancos se perdían en ataques insulsos y atolondrados. Minuto 62 y Solari seguía sin hacer cambios.

Pasaban los minutos y se atascaba del partido hasta que Bustinza quiso suicidarse y llevarse por delante a su equipo. Intentó una cesión estúpida a su portero, pero Benzema le pilló, interceptó la pelota, se la cedió a Vinicius, este a Lucas y 2-0 para el Real Madrid. El Leganés caía víctima de sus propios errores.

El Leganés se suicida, Vinicius sentencia

Con 2-0 en el 72 y sin muchas ganas salió al Bernabéu Isco. Con la misma indiferencia con la que calentó fue recibido por una grada que está a cinco minutos de divorciarse de un jugador que tuvo enamorado al madridismo. Tres minutos después, mientras Brahim se preparaba para debutar, Vinicius marcó el tercero con un remate acrobático y plástico. Su primero quién sabe si de muchos goles con el Real Madrid.

Salió entonces Brahim. Precisamente por Vinicius, ovacionado por el Bernabéu como si fuera Neymar.

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