El brasileño desatascó el partido ante el Real Valladolid

Hay que estar muy ciego para no ver que Vinicius debe ser titular

Vinicius salió con 0-0 y acabó salvando al Real Madrid del sexto pinchazo consecutivo en Liga gracias a una jugada individual que terminó en gol de Kiko Olivas en propia puerta

Crónica: la flor es Vinicius

Hay que estar muy ciego para no ver que Vinicius debe ser titular
Vinicius, en el Real Madrid - Valladolid (AFP)

Salió, se situó en el campo y salvó los muebles del Real Madrid ante el Real Valladolid. Vinicius Junior merece un hueco en el club blanco. Lo pide a gritos. Solari le dio un cuarto de hora en el duelo de Liga de este sábado y él respondió con creces.

No es que el brasileño hiciera el partido del siglo, muy lejos de ello, pero al menos hizo una cosa que el Real Madrid necesitaba en un duelo que si algo mereció fue perder. Con 0-0, y con el Valladolid perdonando mucho (tuvo tres ocasiones muy claras, especialmente dos remates al larguero de Alcaraz y Toni Villa), Solari sacó a Vinicius. Y el brasileño al menos evitó el desastre.

Vinicius entró en el partido en el minuto 73 con el Real Madrid empatando y gracias. El brasileño salió al terreno de juego en lugar de Marco Asensio, pitado por el Bernabéu, en el que fue el tercer cambio de Solari, que entendió que antes del brasileño el Real Madrid necesitaba a Isco (salió por Casemiro en el 56′) y a Lucas Vázquez, que entró por Bale tres minutos antes que el brasileño.

Desatascó un partido peligroso

Desde el primer momento intentó hacer algo diferente, dio más movilidad y rapidez a su equipo y aunque sus primeros minutos fueron algo alocados (falta, fuera de juego y descolocados en desmarque) después hizo la jugada del gol que marcó el partido. Y qué gol, porque vale tres puntos básicos y balsámicos. Hasta ese momento el Madrid seguía sin ganar y con pitidos del Bernabéu a todo el que se movía: Ramos, Bale, Asensio… y todo el equipo.

Más tarde metió Ramos de penalti, haciendo el 2-0 final, pero la clave estuvo en la jugada de Vinicius en el minuto 83. Aunque el gol oficialmente (y lógicamente) fue de Kiko Olivas en propia puerta, el mérito total es del brasileño. Cogió un balón escorado en la frontal del área, se metió con algún regate y disparó. Su remate no parecía peligroso, pero pegó en el defensor del Valladolid y engañó a Masip. Gol del Madrid gracias al atrevimiento de Vinicius.

Lo celebró quitándose, metafóricamente, el sombrero para ofrecérselo al Santiago Bernabéu y se dirigió al banquillo para abrazarse a Santiago Solari. El campo, además, pidió a gritos que tirara el penalti que se lanzó minutos después, pero que finalmente lo lanzó Sergio Ramos.

Vinicius ha caído de pie. También se lo ha ganado él. Cuando el Real Madrid estuvo al borde del sexto pinchazo consecutivo en Liga, salió, lo intentó y acertó. Sin su gol, seguramente el Bernabéu se hubiera incendiado al final del encuentro. Pero al final el Madrid ganó y respira en la Liga.

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