¿De qué se queja la Juventus?

Moggigate

La lógica decepción, derivada una eliminación dramática e incluso excesiva en lo sentimental,  ha tornado en una ristra de quejas innecesarias y que chirrían al provenir de la Juventus, cuya historia reciente incluye una gran mancha en su currículum reciente. El Moggigate fue un escándalo lamentable de influencia arbitral que acabó con el descenso a la segunda división del fútbol italiano de un equipo que una vez resucitado y de vuelta en lo más alto, ahora recurre a los árbitros para justificar su adiós de la Champions League.

El escándalo, también conocido como Calciopoli, no tiene precedentes en el fútbol europeo de élite del siglo XXI, y tuvo a la Juventus a su gran y lamentable protagonista. Sólo seis días después de que Italia levantara la Copa del Mundo en Alemania, se descubría que el director general del último campeón, Luciano Moggi y su presidente ejecutivo, Antonio Giraudo habían influido en los nombramientos de los árbitros para favorecer a la Vecchia Signora. El resultado de esta trama fue el descenso de la Juve a la Serie B con 30 puntos de penalización (que luego fueron reducidos). Los bianconeros también fueron desposeídos de los dos últimos títulos de liga conquistados en 2004-2005 y 2005-2006.

La Juventus no fue el único equipo sancionado tras destaparse el escándalo arbitral. La Comisión de Apelación de la Federación Italiana de Fútbol resolvió el escándalo de amaño de partidos en el Calcio con el descenso del vigente campeón, pero también de Fiorentina y Lazio, por su implicación en la confabulación.

Varios jugadores que habían sido campeones con la Juventus antes de destaparse el Calciopoli tuvieron que salir para hacer frente a la nueva situación del club, y a pesar de la continuidad de leyendas como Buffon, Camoranesi, Del Piero, Trezeguet o Nedved, la reestructuración en la Juve hacía necesaria una nueva planificación con una única mira para el proyecto: regresar a la Serie A.

Quejas innecesarias

Con este precedente todavía reciente en la memoria de los seguidores acérrimos del deporte rey, hay muchos que se preguntan de qué se quejaba el presidente de la Juventus, Andrea Agnelli, tras un penalti señalado en contra de su equipo, o cuál era el motivo de las airadas protestas y posteriores declaraciones incendiarias de su capitán, un Gianluigi Buffon que vivió en primera persona el descenso a los infiernos del equipo, por una infracción que debió ser y fue sancionada.

Después de varios años de bonanza, tanto deportiva como en términos institucionales, lo mejor para la Juve, posiblemente, habría sido tragarse la lógica rabia, aceptar de buen grado la eliminación, y no escudarse en un error arbitral que no hace más que retratar a un equipo que fue protagonista de uno de los capítulos más desagradables en la historia del fútbol europeo.  

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