Antídoto Champions

La derrota en Montilivi hizo tocar fondo al campeón de Europa, que veía como un recién ascendido le pasaba por encima como ya lo hiciera -hace no mucho- el Betis o como ya le puso en situaciones comprometidas el Valencia o el Levante. Sin embargo, tras la debacle en Girona, llega la Champions. Esa competición distinta, esa competición que gusta tanto a la plantilla madridista. Una competición que parece hecha a medida para la entidad de Chamartín. Los jugadores saben que el perdón de una afición que se encuentra irritada tras la fuga de puntos en Liga, pasa por rendir bien en la máxima competición continental. Qué mejor que la visita al Tottenham para calmar los ánimos de la hinchada y para recuperar la confianza. Y así lo saben en la plantilla madridista. El vigente bicampeón llega a su competición fetiche. Una competición que en los últimos cuatro años ha conquistado en tres ocasiones y de la que es el rey. La Champions es al Madrid como la red que sujeta al equilibrista de caer al abismo. Ya fue medicina con la llegada de Zidane, que la ganó cuando todo apuntaba a un nefasto año en blanco, pues llegó estando precisamente a los mismos ocho puntos de la cabeza en la competición doméstica, y lo volverá a ser ahora. El conjunto madridista encuentra en la Copa de Europa su antídoto contra las crisis. Una crisis que llega en el mes de octubre y de la que los blancos deberán salir ante los spurs si quieren evitar males mayores. En Londres se jugarán la primera plaza de grupo. El empate a uno en el Bernabéu hace que el duelo de la cuarta jornada de esta fase de grupos sea decisivo para los entidad madridista. Una derrota no haría más que agravar la situación. Caer en el mítico estadio inglés supondría crispar aún más los ánimos de aquellos que no se explican como un equipo que hasta hace dos meses pasaba por encima del resto sin piedad y al que se le auguraba un futuro inmejorable, es ahora incapaz de ganar un sólo encuentro con solvencia. Pero este equipo en Champions es distinto. Los jugadores sienten una motivación especial al escuchar el himno. Como ya demostraran en Dortmund, el Real Madrid siempre se impone a la adversidad en Europa. Se transforma. De no haber logrado ganar nunca en el estadio del Borussia, ha hacerlo por 1-3. Ahora, en Wembley deberán hacer lo que no lograron en el Bernabéu, vencer al Tottenham de Pochettino. Un equipo bastante completo y que va en serio buscando hacerse un nombre entre los grandes del continente. Empatados a todo, los blancos deberán vencer si quieren dar un paso de gigante hacia ser cabeza de serie en los octavos de final. Y, sobre todo, para salir de la crisis en la que ellos mismos se han metido.]]>