HAY QUE HACER AJUSTES

Los errores que tiene que arreglar Zidane

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Zinedine Zidane, durante un entrenamiento. (Getty)
Hugo Carrasco

El Real Madrid volvió a cosechar un empate en Liga, esta vez ante el Levante. Los blancos no lograron estar finos ante un recién ascendido, que promete dar guerra esta temporada en Primera. Los granotas hicieron un meritorio partido en una de las plazas más complicadas que tendrán que visitar esta temporada. Sin embargo, ante la gran actuación de los valencianos en el Bernabéu, el conjunto madridista dejó una serie de errores encadenados que hacen saltar las alarmas en la casa blanca.

Quién lo iba a decir hace menos de un mes, cuando la victoria en las Supercopas y ante el Dépor, hacían del Madrid un equipo que parecía imbatible. Los dos pinchazos frente al Valencia y el Levante han destapado las carencias y despistes de los de Chamartín. Zidane tiene trabajo por delante, si no quiere perder comba respecto a su rival más directo en la competición doméstica.

Ante el Levante volvieron a relucir los fallos en defensa. El conjunto madridista ya lo mostró durante la pretemporada, sin embargo la solvencia en la zaga durante la Supercopa de Europa y la de España, ante dos rivales de nivel, echaron el cierre a las críticas. El sábado, frente a los granotas, de nuevo un error defensivo provocó el tanto con el que los de Muñiz se adelantaban.

Ya pasó contra el Valencia, en los dos tantos de los ches. Entonces saltó la pregunta de si hace falta un central, una pregunta que aún perdura en Concha Espina. Tiene trabajo Zidane si quiere recuperar la solidez defensiva que hizo del Madrid una roca en los momentos importantes de la pasada temporada.

Otra de las calves del partido estuvo en la falta de intensidad. Al igual que la pasada campaña, el conjunto madridista parece por momentos jugar a medio gas. Situaciones como las del sábado, se dieron en choques como ante el Eibar, Valencia, Villarreal o Atlético la pasada campaña. A los blancos les cuesta engancharse al partido, en ocasiones sólo se reacciona cuando el contrario se adelanta y, una vez logran empatar, vuelven a bajar el pistón. Sólo lo suben de nuevo en los minutos finales, donde la pasada campaña lograron muchos triunfos gracias a esos arreones finales.

La circulación del balón es otro de los factores en los que debe de poner más atención el conjunto blanco. Con el mejor mediocampo del mundo, a veces es significativa la lentitud con la que mueven la bola. La velocidad del toque es clave a la hora de desatascar un partido y volver loco al rival, algo que frente al Levante no ocurrió, haciéndoles demasiado previsibles.

El ejemplo perfecto se vio en Riazor. El juego de los blancos fue perfecto. De hecho, el gol de Casemiro comenzó a fraguarse desde atrás. Los madridistas dieron un recital de pases, velocidad en estos y movimiento al dar más de 40 pases antes de que el brasileño la pusiera en el fondo de la red. Una gran diferencia a lo visto en los dos últimos encuentros como locales.

Sigue faltando un delantero

Si en algo está teniendo problemas esta campaña el Real Madrid, es en la punta de ataque. Los blancos son incapaces de encontrar una efectividad que, sin Cristiano, parece estar perdida. El conjunto madridista sigue creando muchas ocasiones, pero casi todo demasiado previsible. La mayoría de estas se basan en balones al área para Bale o Benzema, internadas de Marcelo que busca el hueco desde la frontal, o la llegada de hombres desde la segunda línea, como Kroos, que intentan ponerla pegada a la cepa del poste.

Este está siendo, sin duda, el problema más grave para Zidane. En ocasiones, los suyos se ven faltos de recursos y aunque no se cansan de crear situaciones de peligro, no consiguen perforar la meta rival. La marcha de Morata y Mariano se han hecho notar demasiado pronto.

Por último, la efectividad de los de arriba es demoledora. Bale y Benzema pasan, quizás, por sus horas más bajas desde que llegaron al Bernabéu. La ausencia de sus goles, se ha maquillado gracias un Casemiro vestido de delantero o a un Asensio convertido en adalid.

Los registros de los dos hombres del ataque blanco quedan lejos de lo que se espera de dos delanteros del Real Madrid. Bale y Benzema sólo han sido capaces de hacer dos de los trece goles marcados por los blancos en sus seis partidos oficiales hasta la fecha, uno cada uno. Está claro que el madridismo echa en falta a dos de sus bastiones en los últimos años.

Con Cristiano fuera aún en Anoeta por sanción y con Benzema lesionado, Zidane tendrá que montar un nuevo puzle para el que, visto lo visto, faltan piezas. Lo mejor, que aún queda tiempo. La temporada no ha hecho más que empezar y el margen de reacción es inmenso. Que no cunda el pánico, que ahora llega la Champions.

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