CHAMPIONS LEAGUE: REAL MADRID 4-2 BAYERN MÚNICH

Cristiano quiere la docena

Real Madrid vs Bayern
Cristiano Ronaldo celebra uno de sus tres goles ante el Bayern. (AFP)
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

Coloso Cristiano. El Bicho quiere su docena. En un partido memorable, el crack del Real Madrid selló otra actuación soberbia, con un hat-trick incluido, que metió a su equipo en semifinales de la Champions por séptimo año consecutivo. El Bayern, con un gol de penalti y otro de churro previa cantada de Keylor, llevó el duelo a la prórroga, pero ahí le pesó demasiado la expulsión de Arturo Vidal. El Bernabéu asistió a un partidazo enorme y, pasado el susto, se rindió a sus héroes… camino de La Duodécima.

Érase una vez un partido grandioso en un escenario momumental. Real Madrid y Bayern se veían las caras en el Bernabéu con las semifinales de la Champions en juego. Latía el madridismo, puro corazón, pulmón y garganta. El césped olía a Juanito y a Butragueño, a Matthaus y Augenthaler. No era un partido más. Era un Real Madrid-Bayern. Un partido del copón.

Zidane y Ancelotti iban con lo puesto. Ambos equipos tenían ausencias y futbolistas de sobra para suplirlas. En el Real Madrid, Isco entraba por Bale. El malagueño se ha convertido en un arma de destrucción masiva en los últimos encuentros y Zidane no iba a dejarle esta vez en la reserva. En el Bayern, las esperanzas estaban en Lewandowski, persona non grata en el Bernabéu. También Carletto, más conservador que el peluquero de la Reina Sofía, ponía a los tocados Hummels y Boateng, porque él no es de arriesgar.

El Bayern salió sin complejos, como decía aquel anuncio de DYC. Trincó la pelota y miró directo a la portería de Keylor Navas. Bastaba con ver el primer minuto para comprobar la declaración de intenciones de los alemanes. A los tres un córner y a los cinco una cornada de Vidal a Isco, bien juzgada por Kassai con una amarilla. La falta la estrelló Cristiano contra una barrera que estaba medio kilómetro adelantada.

En el 8 llegó el primer susto del Bayern. Alaba remontó la banda, la puso al centro a Thiago y su remate a bocajarro lo desvió Marcelo casi bajo palos. El segundo rechace, gracias a Dios, lo mandó fuera Robben. Al madridismo le subían todos los congojos de golpe. El cambio de sistema de Zidane al 4-4-2 en rombo provocaba que el Real Madrid dejara los costados demasiado desprotegidos para sus laterales, porque Kroos y Modric no llegaban a tapar las bandas. Lahm y, sobre todo, Alaba campaban a sus anchas.

Domina el Bayern, sufre el Madrid

Sergio Ramos, ubicuo de posición y líder de carácter, se bastaba para aguantar las embestidas del Bayern, que dominó el juego de forma casi insultante en el primer cuarto de hora. El Real Madrid sólo veía la pelota de lejos. Con Isco, Modric y Kroos desconectados y Casemiro asfixiado por la presión de Thiago, los pobres Benzema y Cristiano no habían rascado bola.

Era un partido de fútbol sala que se jugaba en el área del Real Madrid. Eso no le convenía nada al equipo de Zidane, que apenas pasaba del centro del campo. Un cabezazo torpe y defectuoso de Benzema en el minuto 22 fue la primera aproximación seria de los blancos al área de Neuer. Tres minutos después se animó Carvajal con un disparo que desvió el soberbio portero alemán a córner, aunque Kassai no lo pitó.

Y en el 27 al Bayern se le apareció la Virgen de Baviera después de que a Sergio Ramos le cayera una pelota suelta dentro del área y su disparo lo salvara milagrosamente bajo palos Boateng. El Real Madrid había comparecido al partido aunque fuera con 20 minutos de retraso. Los alemanes, como todos los equipos de Ancelotti, habían sufrido el clásico bajón propio de su mala preparación física y eso lo empezaba a aprovechar el equipo de Zidane.

Domina el Madrid, sufre el Bayern

Pasada la media hora el partido era ya claramente del Real Madrid. El Bayern había pasado de dominador a dominado. Sólo le quedaba encajar los golpes y fiarlo todo a una contra. En pleno tsunami blanco Kroos la echó arriba en la frontal en una ocasión manifiesta en el minuto 34. Un minuto después Cristiano Ronaldo pecó de chupón al definir una ocasión que paró Neuer cuando tenía bastante solo a Benzema.

El Real Madrid se había desatado: Carvajal y Marcelo ya eran descaradamente extremos y los de Ancelotti no sabían por dónde les venían los ataques. En el 38 de nuevo Kroos tuvo en sus botas el 1-0, pero se entretuvo con la pelota dentro del área y Hummels, el mejor del Bayern en los minutos de dificultad, evitó el tanto del alemán. Seguía la procesión de ocasiones de los blancos y en el 42 Cristiano Ronaldo hizo ensayo ante Neuer después de una contra conducida por Marcelo. Otra de Kroos en el 44 que también atrapó el meta teutón. Al descanso el Bayern se volvía a escapar vivo como en el Allianz.

De salida en la segunda mitad Kassai le perdonó la segunda amarilla a Vidal, que se llevó puesto a Casemiro. Isco a la salida de un córner dio el primer aviso del Real Madrid tras el descanso. Respondió Robben con un disparo dentro del área que sacó bajo palos Marcelo. El duelo empezaba a tener un vértigo que no convenía demasiado a los blancos.

El Bayern se adelanta de ‘penaltito’

Y en el 50 Kassai no dudó en señalar un penalti de Casemiro a Robben. El brasileño llegó tarde y apenas rozó al holandés, que hizo el resto con un vuelo exagerado. La pena máxima la anotó Lewandowski. El Bayern se ponía a un gol de las semifinales. Tocaba sufrir en el Bernabéu. El Real Madrid estaba contra las cuerdas y Vidal desperdició un centro de Robben dentro del área que podría haber sido un 0-2 demasiado inmerecido.

Zidane pensaba qué hacer en el banquillo y el Real Madrid necesitaba reconstruirse en torno a la pelota. El partido era enorme, con dos equipos jugando como un legionario en un desfile: a pecho descubierto. En el Madrid chirriaba la discreta actuación de Modric. También Isco se iba fundiendo con el paso de los minutos y Benzema no había tocado una en todo el partido.

El técnico del Madrid metía a Asensio por Benzema en el 63. Buscaba equilibrar las bandas en defensa y pasaba a jugar con 4-2-3-1 con Casemiro y Modric de mediocentros, Asensio, Kroos e Isco por delante y Cristiano Ronaldo de delantero centro. Pero el Bayern seguía con el dominio territorial y, lo que es más importante, de la pelota.

Zidane protege, Cristiano decide…

Respondió Ancelotti metiendo a Douglas Costa por Ribéry en el 70. Y también Zidane metía a Lucas Vázquez por un desfondado Isco. Colocaba a su equipo ahora en 4-5-1 para tratar de aguantar el resultado como fuera. Llegaban los minutos del miedo. El Bayern seguía a un gol de las semifinales y el Real Madrid a 20 minutos que parecían 20 lustros.

Carvajal condujo una contra en el 73, pero eligió mal en la definición. Asustaba algo el Madrid con un Bayern que empezaba a desproteger demasiado su espalda. Zidane se liaba la manta a la cabeza y sabaca a Xabi Alonso para meter a Müller. El Bernabéu le despedía con respeto y aplausos.

Y diez segundos después de quitar a Xabi, Ancelotti llevó la penitencia en su pecado. Recuperó la pelota Casemiro, condujo, se trastabilló y la puso al área. Allí Cristiano Ronaldo le ganó la espalda al desastroso Boateng y conectó un cabezazo picado que hizo inútil la ágil estirada de Neuer. Otra vez Cristiano ponía al Madrid con un pie en semifinales.

… y Keylor canta

Pero poco le duró la alegría al Bernabéu, porque en una jugada embarullada el Real Madrid se hizo un incomprensible autogol. En un balón llovido al área Keylor salió a ninguna parte y, cuando Sergio Ramos intentó cedérsela con el pie, no encontró a su portero en la portería. Otra cantada de Keylor podía condenar al Real Madrid. El Bayern tenía la prórroga en el bolsillo y estaba (otra vez) a un gol de las semifinales.

Los blancos, tocados, intentaron sobreponerse por enésima vez y volver a empezar. Lucas rozó el 2-2 en una volea dentro del área en el 82, pero su disparo se estrelló contra el lateral de la red. En la quinta acción en la que Vidal compró boletos para su segunda amarilla, al fin vio la roja. Posiblemente, fuera en la falta más leve de todas, pero Kassai por fin se decidió a expulsarle. Zidane tenía que quitar a Casemiro, que también había hecho méritos para ver la segunda, si quería ir a la prórroga con once. Ancelotti metía a Kimmich por Lewandowski.

Lo intentó hasta el final el Madrid, pero estaba de Dios que el partido se fuera a la prórroga. Incluso hubo un córner en el 93. El Bernabéu rugía llamando Ramos y Ramos respondió. Llego a cabecear, pero esta vez su remate picado se marchó fuera y nos fuimos a la prórroga.

Un Cristiano enorme

El Bayern salió a mandar en el tiempo extra. Parecía que fuera el Real Madrid quien jugara con uno menos. Espabilaron los blancos y Neuer volvió a volar para evitar el tanto de Cristiano Ronaldo. A Zidane aún le quedaba un cambio por hacer, pero se lo estaba pensando. Kassai se comió en el 97 un penalti de Boateng a Casemiro, similar al que había cometido el brasileño. Otra vez Neuer evitó el tanto, esta vez de Asensio, en el 98.

El Bayern se volvía a aferrar a su excelente portero. Otra vez. El Real Madrid iba a tumba abierta a por el segundo. Asensio y Marcelo lideraban las embestidas del equipo de Zidane. Y en el 103, por fin, llegó el gol que estaba mereciendo el equipo blanco. Lo marcó, faltaría más, Cristiano Ronaldo. Fue un centro al área de Sergio Ramos. Allí estaba CR7 en posición de fuera de juego. La bajó con el pecho y batió a Neuer. El gol debió anularlo Kassai, pero su asistente se habría quedado dormido.

El Real Madrid enderezaba el pase a semifinales y lo selló otra vez Cristiano Ronaldo tras una asistencia de Marcelo tras un jugadón marca de la casa. El luso firmaba su particular hat-trick ante el Bayern, más dos de la ida, una manita. El pase de los blancos a semifinales, por séptima vez consecutiva, era sólo cuestión de tiempo.

El 4-2, con el Real Madrid desatado, lo firmó Marco Asensio con una jugada memorable en la que dribló a cuantos futbolistas del Bayern le salieron al paso. Era un golazo que ponía en pie al Bernabéu y demostraba que el Madrid tiene un diamante en este chico.

Los minutos pasaron y el Real Madrid selló el pase a semifinales en un partido memorable que pasará a la historia de la competición como uno de los más bellos y emocionantes de todos los tiempos.

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