EUROLIGA: REAL MADRID VS CSKA MOSCÚ

Sergio Llull monta su cabalgata en el Palacio

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Sergio Llull entra a canasta ante la oposición de un pívot del CSKA. (EFE)
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Cuando los dos últimos campeones de la Euroliga se miden, lo más normal es que salga un partidazo. Si encima hay rencillas pendientes entre ambos y una plaga de ojeadores NBA en la grada, el duelo puede convertirse en un clásico para grabar y poner a los niños cuando pasen los años. Ese fue el regalo de Reyes Magos que Sergio Llull quiso conceder a unos aficionados del Real Madrid que vieron cómo el menorquín montó su particular cabalgata en un Palacio que coreó al unísono su nombre en multitud de ocasiones.

Los tres minutos finales despertaron una grata sonrisa en un Pablo Laso que vio cómo los suyos secaban como nunca a los splash brothers de Europa –Teodosic y De Colo– y además disfrutaban del recital de un Llull que firmó ocho de los últimos 10 puntos blancos. Ya podrán tentarles los ojeadores NBA o hasta los petrodólares del CSKA, el escolta internacional tiene corazón y alma blanca eternamente. 

Por si no lo auguraban, el partido comenzó a todo trapo. Los locales estaban picados tras mostrar su peor imagen de la temporada el pasado martes ante Baskonia. Un parcial inicial de 8-2 dejaba claro que los blancos saldrían sin complejos y con máxima ambición ante el líder de la Euroliga. Las carreras de Sergio Llull, los cortes de Ayón y la puntería desde la esquina de Maciulis –quizá en su mejor partido como blanco– ponían en evidencia las cartas que Laso decidió jugar ante un rival con recursos ilimitados en ataque.

El choque discurrió siempre en los guarismos de cinco o seis puntos como diferencia máxima. El CSKA, pese a su flojo inicio, supo hacer daño a un Madrid que no tuvo la tensión defensiva necesaria en la primera mitad permitiendo muchas canastas fáciles. Bien es cierto, que los árbitros ayudaron un poco al desquicie de los blancos con decisiones puntuales como la que cortó una gran racha blanca antes del descanso. Una falta involuntaria de Llull y luego otra no pitada a Ayón caldearon el ambiente en un Palacio que ya veía pistas de lo que se avecinaba.

En la segunda mitad, Sergio Llull comenzó a conectar diversas mandarinas, a cada una más complicada, volviendo auténticamente loca a la defensa rival. La última de más de 10 metros hasta impresionó al mismísimo jugador, que mostraba con gesto ostensible su sorpresa. El CSKA, sin embargo, no se dejaría intimidar por el poderío de la artillería blanca.

Teodosic y De Colo –inéditos desde la línea de tres en la primera mitad– comenzaron a enchufar con fluidez y pronto se hicieron temporalmente con el liderato en la segunda mitad. El Madrid no pulsó el botón de pánico como ocurriese en Vitoria y supo contener al rival defendiendo y no obcecándose con los triples.

El CSKA pecó de pardillo en el último cuarto. Itudis, en su locura por mejorar la defensa de los suyos, hizo a su equipo entrar en bonus con ocho minutos por jugar de cuarto. El Madrid aprovecharía esa mina sin concesión hasta el final del partido acudiendo a la línea de personal, pese a las quejas del técnico griego sobre el respecto. Los árbitros, para compensar al campeón, descentraron a Maciulis con una técnica inaudita a cuatro minutos del final con el lituano firmando 20 puntos.

Sergio Llull se quedaba sólo ante el peligro, lo que más le gusta. El base se echó el equipo a la espalda con una secuencia increíble de canastas que hicieron a más de un ojeador NBA dar un toque a su superior recibiendo la respuesta de siempre: ese no se toca. El menorquín se guisó un apoteósico final de partido cerrado por un parcial final donde ocho de los últimos 10 puntos blancos pertenecieron a su factura.

De Colo, el anterior MVP de la Euroliga, ya sabe quien aspira a arrebatarle el trono. El Real Madrid recibió su mejor regalo de Reyes no sólo venciendo al líder de la Euroliga, sino logrando el basket-average en un hipotético empate. El equipo de Laso se encuentra a un único triunfo de alcanzar a los rusos, que lideran la tabla, aunque sus sensaciones están lejos de ser las mejores. El Real Madrid ha presentado su verdadera candidatura al título de Euroliga.

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