El Castilla, un 2016 para aprender y soñar

El Castilla, un 2016 para aprender y soñar
El Castilla ha tenido un 2016 de luces y sombras. (Realmadrid.com)
Iván Martín

El Real Madrid Castilla ha tenido un 2016 de luces y sombras. Tres entrenadores, un campeonato, un intento de ascenso fallido y una recta final en la que desde el club blanco esperan haber sembrado para poder recoger en este 2017. Así se pueden resumir los 365 días de un equipo que aspiraba a más, pero la mala suerte y los errores propios le dejaron sin su gran objetivo, el ascenso. Ahora, tras lamerse las heridas, volverán a las carga en el próximo año.

El primer filial madridista comenzaba 2016 con cambios en el banquillo. Zinedine Zidane ascendía al primer equipo y Luis Miguel Ramis dejaba el Juvenil A para coger al filial. El entrenador catalán logró pronto implantar su estilo y el equipo sumó siete victorias consecutivas que le asentaron en los puestos nobles de la clasificación. Después, llegaría una pequeña crisis que pronto se vería sofocada para terminar la fase regular como campeón del grupo II. Primer objetivo conseguido.

El gran palo de 2016 llegó en la fase de ascenso a Segunda División. El Castilla se ganó el derecho de ir por el lado de los campeones y el sueño estaba al alcance de su mano, pero el UCAM Murcia y un árbitro poco valiente acabaron con el primer intento de los madridistas. Aunque había una segunda oportunidad. La fortuna quiso que el Castilla jugase ante el Lleida. En el partido de ida, disputado en tierras catalanas, los blancos cayeron por 1-0, aunque la imagen fue positiva. El varapalo llegaría una semana después en el estadio Alfredo di Stéfano. El Castilla no fue capaz de dar el nivel y terminó perdiendo de forma estrepitosa por 0-3. El sueño de ser de plata se esfumaba.

Pocos días después de la decepción, Ramis dejaba de ser entrenador de forma sorpresiva. Su marcha terminaría en revolución, ya que un gran número de jugadores, algunos tan importantes como Marcos Llorente, Borja Mayoral o Mariano, actual jugador del Real Madrid, dejarían el Castilla. Una gran muestra de lo bien que está trabajando La Fábrica. Tocaba empezar de nuevo.

Solari y la paciencia

El elegido del club era Santiago Solari. El argentino, que relevó a principio de año a Ramis en el Juvenil A, volvería a ocupar el que fuera asiento del ex jugador blanco en el Castilla. De su mano llegarían ocho fichajes y ascenderían seis hombres procedentes del primer juvenil, más de la mitad de la plantilla era nueva, aunque habían llegado hombres de gran calidad como Federico Valverde o Sergio Díaz. Estos se sumarían a los que sí se quedaron, como Odegaard, Febas o Enzo Zidane, entre otros.

Tras una pretemporada irregular, la temporada comenzó con una victoria agónica ante la Real Sociedad B donde Díaz empezó a demostrar su calidad. Los meses iban pasando y el Castilla sufría en una categoría nueva para muchos de sus hombres. Sobre todo lo han pasado mal lejos de Valdebebas. A pesar de esto, han acabado 2016 ganando al Albacete con contundencia y tienen la fase de ascenso a dos puntos.

Solari pide calma, aunque nadie esconde en la Ciudad Real Madrid que el mayor deseo para este nuevo año es lograr un ansiado ascenso a Segunda que en el club se anhela y se necesita a partes iguales. De momento, el primer objetivo de 2017 será alcanzar regularidad, recoger lo sembrado en estos meses y esperar que la experiencia cosechada empiece a dar sus frutos en un segunda vuelta que se presenta apasionante por el Di Stéfano.

 

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