La magia de Doncic lidera a un Madrid con el freno echado (92-76)
Luka Doncic te endulza una fría mañana de diciembre. El joven esloveno ejerció de capitán general en una victoria del Real Madrid frente a Montakit Fuenlabrada (92-76) en la que los blancos no mostraron su versión más brillante, sobre todo en ataque, a excepción de Doncic, que finalizó con 24 puntos, 11 asistencias y 34 de valoración. Sobran las palabras.
La derrota en el último segundo frente al Fenerbahce pareció motivar de inicio a los pupilos de Pablo Laso, que mostraron una gran intensidad en defensa y ataque y comenzaron a marcar diferencias con un 7-0 de parcial que obligó a Jota Cuspinera a parar el partido. La efectividad de Maciulis y el buen hacer de Felipe y Ayón bajo los aros hicieron que la ventaja se consolidara con el paso de los minutos y la entrada de la segunda unidad.
Luka Doncic representó la primera novedad de inicio, generando desde el poste gracias a su superioridad sobre Hakkanson, y fue Rudy, ante la baja de Draper, el encargado de dirigir como base a la rotación suplente madridista. El balear sumó más pérdidas de las deseadas –déficit de los blancos en la primera parte- pero demostró, con sus asistencias, ser una nueva alternativa en el ‘1’ para Laso. Solo es cuestión de pulir defectos y sumar experiencia.
Estas probaturas no impidieron al Real Madrid seguir despidiendo en el marcador. Luka Doncic, que volvió a la pista para ejercer de director, comenzó a monopolizar los ataques con la ayuda de Carroll y un Randolph que volvió a dejar una marcianada en forma de mate portentoso en la cara de Sekulic antes del descanso.
Con el freno de mano echado, la diferencia en torno a los quince puntos se mantenía para el Madrid sin que Fuenlabrada, uno de los peores visitantes de la Liga Endesa, le inquietara. Con Llull descansando en el banquillo y una rotación con reparto equitativo de minutos, a excepción de Doncic y Maciulis, la nave madridista viajaba cómoda hacia una nueva victoria a falta de diez minutos.
Relajación y Doncic para cerrar
Estábamos en cubierto, pero a Fuenlabrada le comenzó a caer una tormenta en forma de alley-oops servidos por Doncic que levantó a un hasta entonces aburrido Palacio de los Deportes. Con el partido finiquitado tiempo atrás, el niño esloveno sacó su varita para repartir asistencias para que Hunter y Taylor hicieran gala de sus muelles y siguieran ampliando una renta ya de por sí notable.
La única oposición de Xavi Rey y Sekulic no fue suficiente para que Fuenlabrada se metiera en el encuentro en un final en el que la relajación madridista se tradujo en fallos y pérdidas que ante un rival con mayor nivel y confianza en sus posibilidades podría resultar incluso fatídico, salvo que cuentes en tu plantel con jugadores como Luka Doncic.