El por qué de los inexplicables bajones que sufre Lewis Hamilton cada temporada

Que Lewis Hamilton es un genio del volante nadie lo discute. Y como tal, tiene sus rarezas. Una de ellas afecta directamente al rendimiento que ofrece en ocasiones. ¿Por qué el británico es capaz de brillar como nadie como siempre y de cuando en cuando nos ‘regala’ alguna actuación más propia de un mediocre? El último ejemplo lo hemos tenido este fin de semana en Canadá, un circuito que además se adapta perfectamente a sus cualidades.

Después de una pobre clasificación plagada de errores, Hamilton tuvo un ritmo insuficiente en carrera, en la que además perdió una plaza más por la mejor estrategia de Red Bull con Ricciardo. Es raro ver a Hamilton tan desdibujado, pero en ocasiones le ocurre. El Gran Premio de Rusia de 2017 fue otro claro ejemplo de ello. Bottas ganó, y el actual campeón del mundo no pudo ser más que cuarto a más de medio minuto de distancia.

La razón de todo esto no es otra que la debilidad mental de Lewis Hamilton, algo que ha tenido siempre pero que ha ido mejorando a lo largo de los años. Si recordamos sus primeras temporadas, el inglés era muy propenso a cometer errores cuando el campeonato entraba en su fase decisiva. Los años le han ido curtiendo y ya no le sucede, pero sigue mostrando cierta tendencia al despiste cuando vienen mal dadas.

Seguramente Hamilton tenía marcado en el calendario el Gran Premio de Canadá en rojo, teniendo en cuenta su historial en el Gilles Villeneuve. Sin embargo, el verse cuarto en parrilla fruto de sus errores le ha hecho ir hundiéndose poco a poco en carrera, discutiendo incluso con su equipo lo idóneo de su estrategia. El piloto obvió que su salida del carril de boxes, casi por el césped, fue una de las grandes responsables de ser adelantado por Ricciardo. Eso sí, que los rivales no se confíen, porque Lewis tiene a lo sumo un par de actuaciones así durante el año. El resto son brillantes. Cosa de los genios.