Punto que sabe a poco al Castilla en Zamudio (2-2)

El Castilla llegó a Gazituaga con la obligación de ganar. Los jugadores estaban convencidos de que sumarían los tres primeros puntos lejos de Valdebebas. Nadie dudaba que se iba a encadenar la segunda victoria consecutiva. Había que dar un golpe encima de la mesa. En fin, la teoría estaba clara, pero la práctica fue muy distinta. Los chicos de Solari salieron dormidos y quizá con una dosis de confianza impropia de un equipo que debe dar un poco más y lo terminaron pagando.

El Castilla salió dominando ante el equipo más humilde de los 80 de Segunda División B, pero con una ilusión y gallardía impropia. El filial tocaba y tocaba y el Zamudio pegó el primer susto a los siete minutos con un lanzamiento de falta que se marchó alto por poco. Después Odegaard y Nikos Vergos tuvieron oportunidades de abrir el marcador, aunque una vez más fue el conjunto vasco el que lo consiguió. Una jugada sin mayor peligro se terminó envenenando hasta que los locales terminaron encontrándose con un gol inesperado y merecido. Y es que, los centrales del Castilla se quedaron parados y dejaron a Luariz encarar a un Carlos Abad que se quedaba a media salida para que éste pudiese batir al meta canario con una gran vaselina. 

Sorpresa en Zamudio. El Castilla perdía y las alarmas saltaban. Esto provocó que los chicos de Solari se volcasen al ataque, hasta que llegó la igualada. Tejero la ponía y Mario Hermoso saltaba más que nadie para conectar un cabezazo que terminaba besando las redes vascas. La conexión defensiva funcionaba en ataque. Antes del descanso el Castilla apretó y mereció el premio de irse con ventaja al vestuario, pero el balón no quiso entrar y las tablas mandaban al intermedio.

El Castilla no supo ganar

Tras el paso por vestuarios el Castilla saltó al verde com la obligación de ganar el partido. Solari metió profundidad sustituyendo a Abner por Tejero. Los madridistas merodeaban la meta del Zamudio, aunque Gregorio volvió a meter el miedo en el cuerpo a los madrileños con un cabezazo que obligó a Abad a emplearse a fondo.

Tras el sobresalto, el Castilla volvió a coger las riendas del encuentro. Tocaban, tocaban y no se cansaban de tocar, pero peligro, lo que es peligro, cero. En estas, el Zamudio volvió a saltar la banca. Luariz, el mejor de los locales, asistía a Garmendia para dejarle solo y este definía a la perfección. Por suerte para el Castilla, la reacción tardó en llegar tres minutos, lo que tardó Febas en asociarse con Vergos para que el catalán volviese a poner el empate en el marcador.

El gol espoleó al Castilla. Odegaard estrellaba el balón en el larguero, al igual que Mario. El barcelonés lo tenía todo para poner el 2-3, pero se llenó de balón y su lanzamiento hizo temblar la portería tras reventar contra el travesaño. Finalmente, el Castilla, que ni si quiera tiró de épica al final, perdió dos puntos que puede terminar recordando al final de temporada.