ELIZABETH SWANEY, LA PEOR ESQUIADORA DE LOS JUEGOS DE INVIERNO

Cómo engañar a un país para participar en los Juegos sin saber esquiar

JJOO Juegos Olímpicos de Invierno. (Imagen de archivo)
Juegos Olímpicos de Invierno. (Imagen de archivo)
Pedro Antolinos

En todos los Juegos Olímpicos suelen haber participantes que pasan a la historia pero no precisamente por sus habilidades, sino por todo lo contrario. En la reciente cita de Pyeongchang, ha habido una participante que ha saltado a la fama por su nula capacidad para estar presente en un torneo de tal envergadura. Su nombre es Elizabeth Swaney y fue la peor esquiadora en Corea del Sur. Eso sí, cumplió su sueño de ser olímpica.

La historia tiene miga. Porque por un lado se mezcla casi la usurpación de ocupar un puesto que no merece con la inteligencia de llegar ahí y cumplir un sueño de toda la vida. La verdad es que no se sabe si su actitud es elogiable o criticable. Para comenzar a entender esta historia lo primero que hay que saber que Elizabeth Swaney es una ciudadana estadounidense de 33 años que trabaja como ingeniera de sistemas en Silicon Valley y sus abuelos eran húngaros; lo segundo, que siempre sintió devoción por los Juegos Olímpicos de Invierno y que hace unos años se lo tomó como un propósito de vida.

Por ello, a los 25 años comenzó a tomar clases en una escuela de freestyle de Utah para comenzar a desenvolverse con los esquís y posteriormente buscó un país con pocas licencias y en las que no caerse sumaran puntos para poder estar en los Juegos Olímpicos: lo tenía en bandeja, el país de sus abuelos, Hungría. Así que comenzó a representar a su nuevo país en las diferentes copas del mundo de frestyle femenina donde no suele haber más de 25 participan y siempre puntúan las 30 primeras siempre y que no caigan al suelo.

Un sueño de toda la vida

Así que Elizabeth Swaney siguió sumando puntos torneos tras torneos hasta conseguir la cantidad necesaria para acudir a los recientes Juegos celebrados en Pyeongchang donde participó en la prueba de half pipe, donde los participantes realizan piruetas y otros trucos mientras se deslizan en una pista de forma semicilíndrica. Obviamente, su actuación dejó mucho que desear ya que no realizó ningún truco. Muchos criticaron su falta de destreza y poca habilidad para moverse pero ella quedó muy orgullosa después de haber conseguido cumplir el sueño de toda su vida aunque para ello haya sido considerada como una intrusa.

«Quería demostrar que el esquí freestyle es posible y que nunca es demasiado tarde para entrar en este deporte y ayudar a otros a soñar y progresar en Hungría. Trabajé muy duro para venir aquí y solo hay 24 mujeres en el mundo que podrían estar en esta final. Así que lo uso como motivación. Espero que esta pueda ser una plataforma para inspirar a otros», dijo tras conseguir participar en sus primeros Juegos Olímpicos.

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