Zidane a su plantilla: «Como si jugáramos en el Camp Nou, esto es otra final»

Si no fuera por lo soez, la mítica frase del Señor Lobo a Vincent Vega y Jules en Pulp Fiction vendría al pelo para explicar lo que Zidane les ha dicho a sus futbolistas antes de medirse al Wolfsburgo. El técnico madridista sabe que la remontada en el Camp Nou puede ser un punto de inflexión para lo que resta de temporada, pero no quiere que sus jugadores mueran de autocomplacencia. Ya saben: «No empecemos a…». Lo de la piel del oso, vamos.

Zidane ha insistido estos días a su plantilla en la importancia del partido de mañana ante el Wolfsburgo y no quiere confianzas. «Como si jugáramos en el Camp Nou, esto es otra final», ha dicho el técnico madridista a sus jugadores en un intento por conseguir que sus futbolistas mantengan el máximo nivel de concentración, a pesar de que crítica y público consideren al Real Madrid favoritísimo ante el conjunto de la Wolfswagen.

Las zidaninas se han vuelto habituales en Valdebebas. En la semana del Clásico, el técnico madridista trasladó un mensaje muy claro a su plantilla: «Somos el Real Madrid y tenemos que demostrarlo en Barcelona, no nos pueden pintar la cara otra vez». Parece que sus palabras surtieron efecto en sus jugadores y en el Camp Nou se vio un Madrid totalmente distinto al del Clásico del Bernabéu.

«Si nos confiamos, tendremos problemas»

Ahora la misión de Zidane es evitar que sus jugadores lleguen ebrios de euforia al duelo ante el Wolfsburgo. «Como nos confiemos, tendremos problemas», ha insistido el técnico madridista a su plantilla antes de partir rumbo a Alemania. Su plantilla está mentalizada porque saben que la Champions es la única bala que les queda en su cargador para evitar acabar la temporada sin muescas de títulos en su revólver de los títulos.

El entrenador francés es consciente de que un buen resultado mañana encarrilaría el pase a las semifinales a falta de la vuelta en el Bernabéu, pero un pinchazo ante el Wolfsburgo no sólo complicaría la eliminatoria, sino que frenaría en seco el impulso positivo de la victoria en el Clásico. Y el Real Madrid no está para frenazos.

El camino hacia la Undécima cada vez es más corto, pero también a medida que se acerca la final, los peligros asaltan a la vuelta de la esquina. Zidane, héroe de la Novena, lo sabe y por eso no quiere que su equipo se confíe lo más mínimo por mucho que el Wolfsburgo no tenga el glamouroso nombre de uno de los grandes clubes históricos de la Champions.