LIGA BBVA: GETAFE VS REAL MADRID (1-5)

El Madrid pone la Liga a punto

Isco James
Isco y James celebran un gol.
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

Para capear el temporal bajo un diluvio que haría las delicias de Noé eligió Zidane al once más jugón. Descansaban el soldado Casemiro y el protegido Modric y entraban los fofisanos Isco y James. No se quejarán, porque están teniendo más oportunidades que las rebajas de El Corte Inglés. Kroos daba un pasito para atrás y recuperaba la demarcación de mediocentro a la que le condenaron el traidor Xabi Alonso y el perezoso Ancelotti.

Arriba Zidane apostaba por la BBC al completo. El técnico del Real Madrid sabía que tenía delante una ocasión pintiparada para hacer con el Barça lo que hace Susana Díaz con Pedro Sánchez: meter mucha presión. Bale y Benzema, en una temporada con demasiadas lesiones, buscaban rodarse en el Coliseum, mientras que Cristiano, sonriente tras su gran noche ante el Wolfsburgo, tenía ante sí la oportunidad de añadir más muescas a su revólver goleador y poner tierra de por medio en la lucha por la Bota de Oro.

Salió acelerando el Madrid como James por la M-40 y en un decir amén encerró al Getafe en su área. Todos los jugadores de campo menos Keylor estaban en torno a la frontal del área azulona. En tres minutos el equipo de Zidane ya había botado dos córners. Se mascaba el 0-1 y encima salía el sol. Los blancos se movían al son de las diagonales de Bale y los regates de James. En el arranque, desde luego, parecían muy superiores al equipo del debutante Esnáider, que tuvo que hacer su primer cambio a los 7 minutos por la lesión de Pereira. Entró Yoda, que tiene un nombre que no me digan que no es molón.

Y entonces el Real Madrid se detuvo. O se ralentizó, mejor dicho. Pero fue un respiro antes de volver a acelerar. En el minuto 12 una buena maniobra de James por la banda izquierda no la pudo culminar Cristiano en boca de gol, quizá porque Yoda rozó el penalti, si es que no lo cometió. Tres minutos después, CR7 rozó el primero después de un derechazo raso desde la frontal, pero su disparo se estrelló contra el poste derecho de Guaita.

Domina el Madrid, rasca el Geta

El Getafe sólo respiraba cuando la pelota le llegaba a Pedro León, el único capaz de aguantarla y filtrar algún pase peligroso. El Madrid tenía controlado el partido, pero se le estaba atragantando el primer gol. Sólo el pecado de la soberbia podía alejar a los de Zidane de una victoria que parecía cuestión de tiempo. A los 24 Cristiano reclamó otro penalti por agarrón de Vigaray, que parecía bastante claro. González González miró para otro lado y no señaló nada.

Decíamos que era cuestión de tiempo que cayera el primero del Madrid… y cayó. Lo marcó Benzema, rematando un magnífico servicio de James desde la derecha. El movimiento del francés y el arrastre de Cristiano despistó a la zaga del Getafe, que se quedaron como mimos del Retiro, congelados pidiendo fuera de juego. Karim remató casi pisando la pelota, que se coló mansamente en la meta de Guaita. Dos minutos después, Cristiano tuvo el segundo, pero el meta del Getafe despejó su disparo a bocajarro.

El Madrid estaba más contento que Dani Alves en una escuela de payasos. Se miraba al espejo y se veía guapo y con tipazo. A los jugadores del Getafe se les ponía cara de Segunda. Lo intentaron los de Esnáider con un par de córners, pero eran pellizquitos de monja. En el 38 a Cristiano le hicieron el tercer penalti del partido, el más claro de todos, pero González González no estaba por la labor de señalar un penalti a favor del Real Madrid.

Isco marca un gol de malabarista

El segundo cayó en una jugada que combinó precisión, estética y belleza. La protagonizó Isco de principio a fin, su mejor jugada de la temporada. El malagueño arrancó y tiró una pared con Bale en la banda derecha. Aceleró después, con los jugadores del Getafe persiguiéndole con la torpeza de una horda de zombis, y volvió a tirar otra pared con Benzema, que le habilitó dentro del área. Isco se plantó delante de Guaita y le batió con el exterior, suavemente, con la suficiencia y el arte que marcaba Romario. Al descanso, 0-2 y una insoportable sensación de superioridad del Real Madrid.

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Isco marca el segundo del Madrid en Getafe. (Reuters)

Se reanudó el duelo con el Real Madrid sabedor de tener la victoria asegurada y el Getafe asumiendo la crónica de una muerte anunciada. Un disparo lejano y alto de Sarabia permitió a Keylor Navas aparecer en plano. En el 49 una galopada de Gareth Bale terminó por cortar de raíz cualquier esperanza de los azulones. El galés aceleró, condujo la pelota y batió por bajo a Guaita. Era el 0-3 y aún Cristiano no había marcado el suyo.

El partido se murió de golpe y Zidane dio descanso a Carvajal, Benzema y Bale y regaló minutos a Nacho, Jesé y Lucas Vázquez. El Getafe no podía y el Real Madrid no quería. Sólo Cristiano Ronaldo seguía buscando con ahínco su gol, como Manolo Escobar buscaba su carro. El luso lo pudo lograr en el 72, pero le pegó a la hierba cuando se había plantado delante de Guaita.

De paseo en el segundo tiempo

Una falta en la frontal del área pequeña, después de una cesión de Marcelo a Keylor Navas, hizo lucirse a Keylor, que se tiró como un gato a los pies de Sarabia para evitar el tanto del Getafe. Sus compañeros chocaban con el costarricense como si fueran jugadores de baloncesto. El Madrid había activado hace rato el modo de ahorro de energía.

Y el Getafe penalizó la desidia y la pereza de los blancos con un gol que llevaba tiempo buscando. Lo marcó Sarabia con un tirazo desde la frontal que se envenenó tras tocar en el culo de Pepe. Ni los azulones se vinieron arriba ni los blancos titubearon lo mas mínimo porque apenas quedaban seis minutos para llegar al 90 y porque hacía rato que el partido parecía de exhibición. Que siguió con un golazo de James después de sentar a Vigaray con un regate en una baldosa y marcar con un toque sutil y colocado.

Pero con Cristiano Ronaldo en el campo 90 minutos siempre son molto longos. El luso marcó el suyo, el que persiguió con porfía, en el minuto 92 después de una acción generosísima de Jesé. El luso agradeció la asistencia, pero era tan tarde que casi ni lo celebró.

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