Guardiola dirá adiós criticado por la directiva, incomprendido por la afición y sin ‘feeling’ con sus jugadores

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Guardiola dejará el Bayern en el próximo mes de junio. (Getty)

Guardiola no seguirá en el Bayern. Muchas son las razones que se pueden extraer de su salida, pero son cuatro, las mismas del número que portó en su día y que hizo referente, las que han causado su decisión.

Críticas de la directiva y detención de Hoeness

Ha sido el gran quebradero de cabeza de Pep en toda su etapa como técnico del Bayern. Los directivos han sido la crítica más feroz hacia el estilo de Guardiola. El entrenador ha tenido que convivir con los ataques de varios exjugadores del club bávaro que ahora conforman la cúpula directiva. Franz Beckenbauer, presidente honorario, -el equivalente al Cruyff del Barça- ha cargado duramente con el pensamiento de juego de Pep. “Al final seremos como el Barcelona. Nadie nos querrá ver. Estos jugadores se pasarían el balón hasta en la línea de gol. Mi visión es distinta. Si tengo la oportunidad de disparar a puerta desde la segunda fila, especialmente ante una defensa muy poblada, entonces lo hago”, comentaba hace un año.

Y es que desde su llegada, el catalán ha tenido que lidiar con estos ataques externos. No llevaba ni tres meses en el club alemán cuando Mathias Sammer dijo que el Bayern estaba jugando “un fútbol sin alma”. Rummenigge, otro histórico ex jugador del conjunto bávaro, le pidió más autocrítica tras la derrota frente al Oporto en el partido de ida de cuartos de Champions de la pasada campaña. De hecho, tras esta dolorosa derrota, el catalán tuvo que sufrir las críticas de varios de los directivos en una reunión en la que también estaban presentes los jugadores de su plantilla.

Pero con lo que más sufrió en toda su estancia en Alemania fue con la detención de Uli Hoeness, expresidente del Bayern y gran amigo de Pep, por evasión fiscal. Guardiola ha tenido numerosos gestos públicos de cariño hacia el exmandatario que han sido criticados por gran parte de la prensa. En la celebración de su primera Bundesliga Guardiola sorprendió a todos con sus declaraciones: «Este campeonato es para Ulli Hoeness, la persona más importante del equipo». Y no quedó ahí, el técnico también ha visitado a su amigo en prisión, por lo que fue duramente criticado por prensa y afición.

La falta de apoyo y respaldo que ha tenido con la nueva directiva ha sido el detonante para su marcha. Guardiola no ha podido trabajar a gusto desde la salida de Hoeness del club bávaro. 

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Pep Guardiola celebra un gol del Bayern. (Getty)

La afición no comprendió su estilo

La afición del Bayern nunca ha comprendido el estilo de posesión que ha implantado Guardiola. El juego que ha caracterizado históricamente al fútbol alemán, más vertical y directo, ha chocado con el método de toque, posesión y posición de Pep. El técnico repitió hasta la saciedad en sus ruedas de prensa que su idea «era innegociable». «No busco excusas. Amo tener el balón, como jugador y como entrenador. He sido educado para eso y solo entiendo el fútbol a través del balón y no con ocho por detrás de la pelota”, afirmó.

Pero este estilo no ha cuajado entro los aficionados bávaros, amantes del fútbol vertical. Tras la última eliminación contra el Barça en la pasada Champions, un sector de la afición pidió su salida. El planteamiento táctico de Pep y los cambios realizados en la segunda mitad focalizaron la mayoría de las críticas.

El conflicto médico

Ha sido el gran escándalo de Guardiola durante estos tres años. Pep nunca estuvo de acuerdo en la manera de trabajar del jefe del cuerpo médico, Hans-Wilhelm Müller-Wohlfahrt. La situación llegó a un punto tan tenso que el galeno se vio obligado a abandonar el club tras 40 años de servicios. Guardiola siempre lo acusó de haber sido el culpable de la mala recuperación de varios lesionados como en el caso de Thiago, Robben, Javi Martínez, David Alaba…

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A Guardiola le acusan de tener poco ‘feeling’ con los jugadores. (Getty)

Unos roces que se hicieron públicos en las semifinales de la Copa Alemana ante el Bayern Leverkusen del pasado año. Tras la lesión de Benatia, Pep aplaudió irónicamente al banquillo y mostró su enfado en un gesto de reprobación. Tras la derrota posteriormente contra el Porto, Pep hizo público lo evidente en rueda de prensa: «La situación es la que es. Es una situación difícil, pero hemos convivido con ella durante dos o tres semanas, incluso diría que durante los últimos dos años. Es cuestión de adaptarse».

Poco ‘feeling’ con los jugadores

Guardiola confesó en el libro de Herr Pep, y que repasa su primer año como técnico del Bayern, que no se había hecho aún por entonces con las riendas del equipo. Como ya hiciera con el Barça anteriormente, Guardiola quería controlar y predecir todos los planes del equipo para poder exprimirlo al máximo. Tras tres años, la sensación que queda es que finalmente no lo ha logrado.

En la presente campaña, varios medios han recogido la falta de entendimiento en algunos momentos entre Guardiola y sus jugadores. Tras la derrota de la última Supercopa de Alemania por tercer año consecutivo, Pep equivocó a sus jugadores al realizar varios cambios incomprensibles. Se dio por hecho también que las salidas de jugadores insignia como Kroos o Schweinsteiger fueron debidas a la falta de empatía con su entrenador.

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