El Valencia asalta el Camp Nou: ahora sí que hay Liga

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Leo Messi observa desde la distancia la celebración de un tanto del Valencia. (EFE)
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

El Barcelona salió decidido a reconciliarse con su público. Luis Enrique hizo un guiño al soci castigando con un banquillazo al ingobernable Dani Alves y sus pupilos salieron en disposición de electrizar a su gente y acabaron cortocircuitados una primera mitad en la que carecieron de acierto de cara al gol.

Los 15 primeros minutos fueron los del Barça de los buenos tiempos, de aquel equipo que hace dos meses volaba por encima de sus rivales. El Valencia supo capear el temporal gracias a la inspiración de un inmenso Diego Alves. El meta brasileño se lució con paradas espectaculares a bocajarro a Messi y Neymar.

El Valencia esbozó su plan en su primera ocasión con una combinación a la contra rapidísima que Rodrigo cruzó en exceso. Los culés fueron perdiendo gas conforme se iban cumpliendo los minutos. Luis Suárez, de cabeza tras una peinada de Mascherano, y Messi, desde la frontal, dieron las últimas ocasiones a los culés antes de que el Valencia asestara un tremendo golpe moral.

Los ché cazaron una contra por el flanco de Sergi Roberto con Andre Gomes metiendo un balón a la línea de fondo a la incorporación de Siqueira. El portugués lanzó un pase de la muerte en busca de Rodrigo y su centro lo interceptó Rakitic para meter el balón en su propia portería.

Las dudas sobrevinieron al Barcelona hasta el punto que el Valencia dominó por algunos minutos la posesión de balón. A los culés les pesaba comenzar por cuarto partido consecutivo con el marcador en contra, mientras que los levantinos iban creciéndose ante la situación.

Con los locales pensando en irse al túnel de vestuarios, los pupilos de Pako Ayestarán hicieron una jugaba pícara con más de 30 toques hasta que Parejo se encontró en un dos para dos con Piqué y Sergi Roberto. El canterano del Real Madrid filtró un pase al hueco a Santi Mina para que este consiguiese el segundo gol visitante en el tiempo de descuento.

El Barça reacciona con Messi

El jarro de agua fría para el Barcelona era de las dimensiones del Camp Nou. Sin embargo, el equipo de Luis Enrique continuó martilleando a ocasiones al equipo valencianista. El público, sin embargo, se impacientaba porque los visitantes no tenían prisa. Perdían todo el tiempo del mundo y contemporizaban al máximo sus jugadas.

Todo pasaba por una aparición certera de uno de sus cracks. Leo Messi, como sus galones indican, emergió finalmente como el desatascador azulgrana con una jugaba marca de la casa. El argentino vio una incorporación de Jordi Alba hasta la línea de fondo y el ex del Valencia se la devolvió a Leo en el punto de penalti para anotar su ansiado gol 500.

Messi se fue desatando creando múltiples ocasiones, pero el argentino estaba sólo en su cometido. Neymar, excesivamente individualista, y Luis Suárez, descentrado en batallas personales con los centrales rivales, no le ayudaban a dar la vuelta a la tortilla. El tiempo se echaba encima y el Camp Nou se impacientaba. Luis Enrique se mantenía impasible sin mover su banquillo. Ni siquiera calentaba ninguno de sus suplentes. El único que cambiaba su posición era Piqué volviendo a hacer de Alexanco.

El Valencia perdonó dos contras clarísimas para poner la puntilla al Barça. Pero los locales también pusieron su granito de arena. Piqué falló una en el área pequeña con sus compañeros celebrando ya el empate en el minuto 89. El Barcelona siguió volcado, pero sin argumentos y sin fondo físico. El Valencia aguantaba con Diego Alves abanderando a un equipo que se asegura la permanencia a costa de poner la Liga al rojo vivo.

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