ESPAÑA VS ARGENTINA: AMISTOSO INTERNACIONAL

España torea a Argentina

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Isco y Asensio celebran el 2-0 de España. (EFE)
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

España toreó a Argentina. Iniesta sacó el capote, Asensio la muleta, Isco el estoque y Iago Aspas el descabello. La Roja trituró a la albiceleste con un fútbol vertical, intenso, dominador, poderosísimo. Isco selló un histórico hat-trick, Asensio dio dos asistencias, Iniesta deslumbró, Costa marcó y Aspas demostró que tiene que estar en el Mundial. El 6-1 final lo dice todo. España dio un golpe de autoridad y Argentina demostró que sin Messi es una selección de medio pelo que sólo supo pegar patadas a destiempo.

Lopetegui ha encontrado su once. A falta de Busquets, que será fijo en Rusia, la selección se plagaba de enanitos como el cuento de Blancanieves. Koke, Thiago, Iniesta e Isco. Jugaban los cuatro. Y jugaba Diego Costa, quizá porque todo cuento tiene su ogro y sólo le falta tener la piel verde para ser Shrek. La defensa era la que va a jugar el Mundial (Carvajal-Ramos-Piqué-Alba) y Marco Asensio hacía de Silva. Con eso estábamos todos.

Dominó España de salida, mientras Argentina se dedicaba a defenderse y pegar alguna que otra cornada. No tenían a Messi y sí a Higuaín, ambas malas noticias para una albiceleste que vestía de negro como La Roja vestía de azul celeste desteñido. Poco a poco, Argentina se sacudió el dominio de España y tuvo una ocasión clamorosa.

La falló Higuaín que estuvo en su papel. Porque el Pipita no necesita higuainizarse, porque él dio a luz al término. La falló a dos metros de la portería, después de una gran asistencia de Meza. La falló de un modo, con un estilo, con una grosería que sólo Higuaín es capaz de fallar, un tipo que lleva toda su carrera fallando goles del siglo.

Higuaín hace de Pipita y Diego de Costa

Era el minuto 8 y en el 12 se cumplió la ley del fútbol: el que perdona lo paga. Y Argentina lo pagó. La jugada la gestó Iniesta que le birló la cartera a un torrija Mascherano, muy propio de la Semana Santa. Andrés asistió a Asensio, rodeado de argentinos, que encontró el desmarque a Diego Costa. El hispano-brasileño fue con todo y se llevó por delante a Romero y a quien se le cruzara porque Costa igual remata un balón que un frigorífico combi no-frost.

España se ponía por delante en un duelo frenético. Pero Argentina dominaba el partido con un Lo Celso omnipresente y un Meza que tendía emboscadas como trescuartista ubicuo. Pero La Roja volvió a poner la pólvora en el 26 después de que Alba fallara un gol cantado en el segundo palo. El 2-0 lo marcó Isco después de una soberbia asistencia de Asensio en otra jugada en la que España volvió a robar un balón casi en el área de la albiceleste.

El partido lo tenía todo: ritmo, intensidad, goles (de España) y alguna que otra coz. Con La Roja desmelenada Argentina no iba a vender barata su piel. Otamendi a la salida de un córner acortó distancias. Sergio Ramos atacó la pelota demasiado pronto y se la acabó comiendo. Otamendi se suspendió en el aire y cabeceó picado. También se la comió De Gea, que se tiró un poco tarde y no fue capaz de despejar un remate parable. Metió las manos tarde y la pelota se le coló entre ambas. La albiceleste obtenía un premio merecido a su persistencia.

Argentina se reinventa, España pega

España acusó el golpe y titubeó en los últimos minutos de la primera parte, pero le salvó la campaña del descanso. Sentóle bien a España el intermedio y consiguió por la vía rápida el 3-1. La jugada nació de otro robo, esta vez de Ramos, y de otro pase maravilloso de Iniesta a un Iago Aspas que había entrado por Costa. El gallego aceleró, dribló a Cavallero y asistió a Isco, que rubricó su doblete con un gol de pillo.

Al que siguió, sin solución de continuidad, el cuarto. Fue otra jugada vertical. Esta vez Isco conectó con Aspas, que hizo un toque sutil, delicado, maravilloso, para un Thiago que venía de segunda línea y que también marcó al primer toque. Puede que el 4-1 fuera un poco exagerado, pero España estaba destapando el tarro de la pegada.

Pasaban los minutos y Iago Aspas seguía ganándose el billete a Rusia. Cada día tiene peor pinta lo de Morata. En Argentina el más peligroso era Otamendi que volvió a coquetear con el gol en otro cabezazo que esta vez se topó con el poste. En plena comunión entre el Metropolitano y España, Lopetegui quitó a Piqué, que se fue hasta ovacionado que es como si Puigdemont saliera a hombros en el Congreso.

Aspas es el nueve

El partido estaba resuelto. No para Aspas, que quería el gol que se merecía. Lo logró después de una asistencia… ¡¡¡de De Gea!!! El pase medido y largo del portero español al desmarque del delantero del Celta se convirtió en el 5-1. Y raudo llegó el sexto. Lo marcó Isco, que selló un hat-trick histórico, el primero suyo con la selección. Otra vez Aspas, tremendo su segundo tiempo, participó en la gestación de la jugada.

Entonces España levantó el pie, aunque Argentina dio alguna que otra patada de más. Pasaron los minutos, se consumó la goleada y La Roja echó el cierre hasta el Mundial con un set a la albiceleste (sin Messi, eso sí) que nos deja una sensación de que a Rusia partimos con las mismas opciones que cualquiera. Puede que no seamos más que nadie, pero menos tampoco.

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