REAL MADRID - ALAVÉS: JORNADA 26 DE LIGA SANTANDER

Cristiano señala el camino

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Cristiano señala a Benzema después del 1-0. (EFE)
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

Una actuación colosal de Cristiano Ronaldo, incluido un doblete, dio una victoria plácida al Real Madrid ante el Alavés en un partido en el que la BBC volvió a resintonizar. Bale marcó y Benzema se descolgó con dos asistencias y un gol que le reconciliaron con el Bernabéu. Y así, victoria a victoria, el equipo blanco tacha fechas en el calendario camino de París.

Volvía la BBC al Bernabéu. En otras circunstancias el regreso de Bale, Benzema y Cristiano dibujaría una sonrisa de confianza en el personal madridista, pero la BBC ya no es lo que era. Sobre Bale se cierne la sombra de un adiós cercano al Real Madrid y sobre Benzema siempre existe la duda de si saldrá a jugar al fútbol o a deambular sobre el césped con los auriculares puestos. Pero Zidane los necesita para la batalla de París y para eso debe darles minutos amables. A priori, ante el Alavés y en el Bernabéu era un partido para que todos recuperaran abrazos y aplausos.

Con las bajas de los lesionados Marcelo, Kroos, Modric y Asensio, además del sancionado Ramos, Zidane dibujaba un equipo titular en el que ratificaba la apuesta por el 4-4-2 (que será el sistema en París) y en el que Lucas Vázquez repetía como titular. El equipo empezaba por Keylor bajo los palos y seguía con una zaga de cuatro en la que estaban Carvajal, Nacho, Varane y Theo. Otros cuatro futbolistas componían el centro del campo: Lucas y Bale en las bandas, Casemiro y Kovacic por el centro. Arriba, Cristiano Ronaldo y Benzema.

Dominó de salida el Real Madrid con un Alavés que se pertrechó en torno a su área como si escondieran dentro el arca de Indiana Jones. Tocaban los blancos con paciencia y parsimonia a partes iguales, mientras que el equipo de Abelardo jugaba con el tiempo a su favor y con la paciencia de un Bernabéu tranquilo, como de sobremesa.

Domina el Madrid, yerra Benzema

Un par de disparos de Casemiro y Cristiano Ronaldo fueron los primeros avisos del equipo de Zidane. El partido se enredó desde el comienzo con varios jugadores caídos en golpes y acciones divididas. Pedraza, Hernán Pérez, Carvajal, Keylor y Nacho sufrieron diversos percances. El duelo, trabado e interrumpido llegó al minuto 17 cuando el Real Madrid tuvo su primera gran ocasión.

Kovacic lideró la contra, Theo la aceleró y asistió para que Benzema se plantará solito en el área. El francés, en su antología de los fallos, inventó una nueva variable: rematar contra su propia pierna. Conclusión: la pelota se marchó por línea de fondo mientras daba botecitos ridículos. El madridismo miraba al cielo como diciendo «Dios mío, dame paciencia».

Pero Benzema consiguió superarse a sí mismo al fallar otro gol cantado a un metro de la portería. Sólo tenía que empujarla, pero Karim fue capaz de doblar su tobillo hasta el punto de rematar contra el poste. Para atenuar el desespero de la afición del Bernabéu, la jugada estaba invalidada por fuera de juego.

Vino después un remate acrobático de Bale, con una plástica chilena, a centro de Benzema, que esta vez, justo es decirlo, lo hizo bien. Empezaba a rondar el gol el Real Madrid. El cántaro ya se sabía el camino de la fuente, pero no terminaba de encontrar el interruptor del agua goleadora.

Sestean los de Zidane, aparece CR7

Se animó el Alavés en un par de jugadas algo deslabazadas y con errores madridistas incluidos y se asomó a la portería de Keylor. Un disparo tímido de Guidetti lo atrapó abajo Keylor al filo de la media hora de partido. Y volvieron a avisar los de Abelardo en el 36 con otra contra que pilló mal parado al Real Madrid. Pedraza se escoró ante Navas, que sacó una buena mano abajo para desviar el disparo y que luego se levantó rápido para atrapar en dos tiempos y conjurar el peligro.

El Real Madrid se había ido del partido como quien se sale del cine porque le aburre la película. Y cuando parecía que nos íbamos al descanso con el 0-0 por ahí apareció Cristiano para abrir la lata alavesista. La pelota cayó en el área y Benzema se inventó una asistencia imposible. De tacón y pasándosela entre las piernas encontró a un Cristiano que dejó correr la pelota, se giró y batió por bajo a Pacheco con un tiro seco.

No había terminado el Real Madrid de celebrar el gol cuando el Alavés tuvo el empate. Fue en el enésimo desajuste defensivo del equipo blanco. La pelota le cayó a Alexis y su volea al centro y a bocajarro a sacó Keylor Navas. Bien el portero del Real Madrid, que había encadenado en el mismo partido dos de sus mejores acciones de la temporada.

Resucita Benzema

Espoleado por el gesto de Cristiano, Benzema salió enchufado en la segunda mitad, robó una pelota a Alexis en el centro del campo, aceleró, asistió a Bale y el galés no perdonó delante del portero. El Real Madrid pasaportaba el partido justo al salir del vestuario y con medio tiempo por delante para dosificar… o golear.

El 2-0 insufló confianza al equipo de Zidane, que se desencadenó en ataque. El Alavés, más que tocado, parecía hundido sin otro plan B que no fuera defenderse. Lucas tuvo también su cuota de protagonismo en el 3-0. Fue otra jugada coral en la que el canterano supo encontrar a Cristiano, que remachó a un toque y agradeció la asistencia. Definitivamente, el luso ha recuperado el gol y esa es la mejor noticia para el Real Madrid.

Hasta Theo se animó a ser Theo. El lateral se marcó una jugada de las que hacía cada fin de semana en el Alavés y fue eliminando rivales a golpe de potencia y cadera hasta que se plantó ante Pacheco y sólo el pie del portero y la mano de un compañero evitaron el gol del madridista. Buena noticia para el Real Madrid y para Theo, que necesita encontrarse a sí mismo.

Caían las ocasiones para los blancos ante un Alavés que, definitivamente, había bajado los blancos. Cristiano capitaneaba a un Real Madrid insaciable y vertical. El brazalete concedía superpoderes a CR7, más solidario, concentrado y metido que nunca en su papel de capital. Zidane metió a Ceballos y Marcos Llorente, más por desagravio que por necesidad, pero ya eran los minutos de la basura.

Pasó el tiempo y los blancos lograron el cuarto con un penalti clamoroso a Bale que Cristiano decidió que tirara Benzema. Lo marcó, así que el Real Madrid resolvió el duelo ante el Alavés con un cómodo 4-0 (quinta victoria consecutiva) del que se pueden sacar varias conclusiones: Cristiano ha recuperado su cara del año pasado, Bale completó un partido por primera vez en una eternidad y hasta Benzema firmó, si no la paz, sí una tregua con la grada.

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