Locura por una entrada para la final de Europa League: ¡2.950 euros! en la reventa legal

Sevilla y Liverpool se verán las caras el próximo 18 de mayo la final de Europa League más cara de la historia. Ambos conjuntos disponen de un total de 17.236 entradas (7.000 para los de Nervión y 10.236 par los reds). Para aquellos aficionados que no quieran esperar al sorteo de los clubes o que no les ha tocado nada, pueden adquirir un ticket en la reventa legal de entradas, pero tendrán que rascarse el bolsillo… y mucho.

A ocho días de la gran final, los precios de las localidades para Basilea se han disparado. Las entradas para acudir a la final de Europa League en St. Jakob Park, a la venta en Ticketbis.com, cuestan una media de 695 euros. Un precio que irá aumentando conforme se vaya acercando el gran día.

De hecho ya se ha superado con creces la de la pasada temporada entre el Sevilla y el Dnipro en Varsovia. Aquel año la media era de 151€, con el ticket más caro en 272,28€. Fue la final más barata de la historia de la competición, al contrario que la que se disputa el próximo 18-M en Basilea que ha batido todos los registros.

Récord histórico: 2.950 euros

No es la Champions, pero Sevilla y Liverpool son dos grandes equipos con mucha historia a sus espaldas. Los de Nervión son los actuales campeones de la competición y disputarán su tercera final consecutiva. Mientras los pupilos de Klopp son uno de los grandes de la Premier. El alemán ha reactivado al equipo y los ha llevado en volandas hasta la final, dejando en el camino a equipos como el Borussia Dortmund o el Villarreal.

Todo ello ha provocado que los precios de las localidades hayan batido el récord histórico de una final de Europa League. Hasta ahora la entrada más cara para la final de la competición lo tenía el Benfica-Chelsea de 2013. El precio de la entrada más cara era de 2.815,7 euros. Mientras este año el registro asciende hasta los 2.950,2 euros, comprada por un aficionado ruso.

Aunque los ingleses lideran la compra con más del 60% de las ventas. Los aficionados de los dos equipos están como locos por conseguir una entrada para poder ver levantar la copa a su equipo. Los reds regresan a una final europea nueve años después, con la ilusión de volver a proclamarse campeones. Mientras en Sevilla sueñan con el triplete.