Zidane mima a Odegaard y le ‘sube’ al primer equipo

Uno de los grandes beneficiados de la llegada de Zinedine Zidane al banquillo del primer equipo es Martin Odegaard. El noruego, uno de los referentes del Castilla pese a sus 17 años, ha visto como ha ganado protagonismo en los entrenamientos de los ‘mayores’ desde el ascenso del francés.

Odegaard ha formado parte de casi todos los entrenamientos con el primer equipo desde su ascenso. Por ejemplo, esta semana ha formado parte de las tres sesiones que ha realizado la plantilla. Sin embargo, en la previa de los partidos del Castilla se ejercita a las órdenes de Ramis con los jugadores del filial.

La idea de Zidane es darle cariño a un jugador y guiarle en su progresión hacia el crack al que apunta. Hay que recordar que con 16 años y 156 días, Odegaard es el debutante más joven en la historia del Real Madrid. Lo hizo contra el Getafe y sustituyendo a Cristiano Ronaldo.

Esta decisión contrasta con el portazo que Rafa Benítez dio al jugador noruego. Pese a estar inscrito en la Champions y las numerosas bajas del equipo, el ex técnico no convocó al noruego para ninguno de los seis partidos que ha disputado el Real Madrid en Europa esta temporada. Tampoco para la Liga.

Titularísimo en el Castilla

Con Zidane, Odegaard era un fijo en el Castilla. Esta campaña ha jugado todos los partidos excepto los tres que le coincidieron con la convocatoria de la selección noruega liderando a un equipo que marcha segundo clasificado. Además, ha mostrado su polivalencia en el centro del campo jugando tanto de mediapunta por dentro o como de interior derecho. La llegada de Ramis no ha cambiado nada: sigue siendo intocable en el filial.

Sin embargo, su relación profesional con Zidane no siempre fue buena. Y es que el mes de abril marcó un antes y un después en el noruego. Odegaard se quedó los 90 minutos en el banquillo contra el Conquense y fuera de la lista en los duelos contra el Real Unión de Irún y el Sestao River. El francés quería que se involucrara con el filial porque iba a ser una pieza clave para intentar el ascenso, mientras el joven talento, con los humos subidos, sólo pensaba en entrenarse con las estrellas.

Finalemente, Odegaard puso los pies en el suelo y comprendió que debía focalizar sus pensamientos que el filial, conocer a sus compañeros y adaptarse a la categoría. Zidane le ayudó a que tomase perspectiva y no tuviese prisa por dar el salto. Además de ser un fijo en las sesiones, Zidane vivió el primera persona su actuación el pasado sábado contra el Rayo Majadahonda en el Di Stéfano. Ahora, el salto al primer equipo parece más cerca.