Fórmula 1: GP Austria 2018

Mercedes se lía en Austria con Verstappen como ganador y Fernando Alonso en los puntos

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Max Verstappen en el GP de Austria con el Red Bull
Ignacio L. Albero

En la tierra del culturista y actor norteamericano de nombre impronunciable, Mercedes y Lewis Hamilton quisieron reivindicar músculo y hacer la de Terminator en Europa. Lo intentó el británico en unos primeros metros donde nunca cede: liderato en la primera curva ante un Bottas que se hundía tras el embrague inicial. Intentó colarse como en la cola de una discoteca Raikkonen… pero le pillaron: por ahí no iba a pasar. Y entre tanto, Fernando Alonso se hundía en la nada.

Era el inicio de un nuevo bostezo patrocinado por la inoperancia de McLaren. Asustaba Red Bull en su ritmo de carrera. Verstappen se alzaba hasta la tercera plaza, pasando a un Kimi que perdía comba y peleaba por no verse sobrepasado por el ímpetu de Ricciardo. Era una cuestión de tiempo, un despiste, una mala parada o al mínimo atisbo de desgaste de neumáticos, allí estaría. Apenas unas vuelta y sucedió, con Vettel como espectador de lujo.

Con Hulkenberg avisando con su motor en bancarrota, llegó el festival de brujería negra para Mercedes. Valtteri Bottas tenía que aparcar su monoplaza en una de las escapatorias: motor. Lo peor estaba por llegar. Con el desfile encontrando, una vez más, las ganas de tirarse a la cama, Verstappen presionaba a un Hamilton que no había parado. Cuando optó por pasar por la calle de boxes, su alerón empezó a vibrar y a perder toda la ventaja obtenida.

Lewis se hundía lentamente, como un Mercedes pintado de naranja. Bajó hasta la quinta plaza, con los dos Red Bull dominando y Kimi completando un hipotético podio. Sainz luchaba por exprimir el zumo de limón de su Renault al que le costaba mucho mantener el ritmo con el resto de motores. Fuera de los puntos… y Fernando Alonso, undécimo, haciendo uno de esos milagros de los que nadie habla.

Así las cosas, Ricciardo también se rompía en Austria: regalo para Vettel que se colaba en el podio y por delante de Lewis Hamilton que era cuarto. El desfile continúo atisbando un biscotto entre los Ferrari. Todos sabíamos de quien iba a ser la segunda plaza mientras Verstappen se daba un paseo por el Red Bull Ring. Mad Max volvía a recordar a muchos de quien es el futuro de este deporte: victoria.

Vettel no confirmó los presagios que le colocaban segundo… y Lewis Hamilton se quedaba fuera de combate. Revolución total en el Mundial. El podio fue de circunstancias: Verstappen, Raikkonen y Vettel. Meritorio Gorsjean con el Haas, cuarto. Ya era hora de un domingo en paz. El baile final de fallos técnicos y una conducción que no muestran las cámaras colocó a Fernando Alonso en los puntos: octavo. En un nuevo día donde nada funcionaba sacó una pizca de polvos mágicos a los que acostumbra cada fin de semana. Con las dudas sobre su futuro en un deporte que ya no es lo que era, continúa demostrando que, si el coche funciona, peleará por las victorias. Con McLaren no parece, quizá en otro lado…

 

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