ZIDANE ROTÓ DE NUEVO, PERO ESTA VEZ NO FUNCIONÓ

El día que falló el ‘Plan B’

El día que falló el ‘Plan B’
Theo Hernández cae ante una entrada de Pedro López (Getty).
Hugo Carrasco

El pasado curso Zinedine Zidane encontró la fórmula para hacer que sus jugadores llegasen, en su totalidad, en un perfecto estado de forma al final de temporada. Frente al Eibar, el técnico madridista asombraba al presentar un equipo totalmente nuevo. Como si de un partido de primeras rondas de Copa del Rey se tratase, el entrenador del Real Madrid metía a los menos habituales para jugarse La Liga en Ipurúa. Y el experimento dio resultado.

Entonces, con un apretado calendario y con el Madrid optando a Liga y Champions, se convirtió en la tónica habitual el ir alternando un equipo con otro, para evitar que la carga de encuentros se acumulase en las piernas de sus jugadores. El equipo B funcionaba tan bien o mejor que el A, lo que fue clave de cara al doblete.

Las rotaciones fueron la obra maestra de Zidane, que se vio consagrado como entrenador al levantar los dos títulos más importantes al final del curso. Pero el sábado, por primera vez, no funcionaron. El primer parón internacional obligaba a dar entrada a los jugadores que menos kilómetros tenían en las piernas, por ello introdujo hasta cinco cambios respecto al anterior encuentro frente al Valencia.

Sin Keylor, Modric, Isco, Casemiro ni Bale de inicio, el técnico madridista apostó por Casilla, Llorente, Theo y Lucas Vázquez. Lo lógico hubiese sido que los blancos se hicieran con la victoria, en casa, ante un recién ascendido como el Levante. Sin embargo algo falló. Fue la primera vez que Zizou optaba por mezclar a unos y otros esta campaña, pero no funcionó.

De los errores se aprende y el partido enseñó al técnico blanco -por ejemplo- que Theo y Marcelo son reemplazables el uno por el otro, pero no complementarios. Dos jugadores que necesitan profundidad para explotar su mejor faceta en ataque no pueden estar en la misma banda. Así quedó demostrado ayer.

La necesidad de rotar

Sin embargo, no debe Zidane olviadarse de rotar. Los precedentes así lo revelan. El gran descubrimiento del entrenador no debe quedar guardado en el fondo de un cajón por un traspié. El empate ante el Levante sacó alguna que otra carencia de los blancos, pero no por ello se debe dar marcha atrás en el plan de rotar.

El curso pasado, en Eibar se ganó 1-4 con nueve jugadores nuevos en el once, siendo la primera vez que se hacía. En Leganés se logró otro triunfo, por 2-4. Más sufrida fue la victoria en El Molinón (2-3), frente al Sporting. Pero la oda a la rotación se vio en Riazor. Allí el conjunto madridista se impuso por 2-6. Fue entonces donde el famoso ‘plan B’ demostró que podía jugar incluso mejor que el A. Una última victoria por 0-4 frente al Granada terminó por dar credenciales a una revolución que daba sus frutos.

La vuelta de tuerca de Zidane con las alineaciones es necesaria. El conjunto madridista se ha caracterizado en este tiempo por ser un equipazo de 24 jugadores con un hambre insaciable. Unas ganas cuya culpa reside en lo caro que está el jugar. Los jugadores salen para demostrar que merecen más y Zidane, poco a poco les compensa. El técnico sabe mantener el equilibrio en una plantilla que derrocha calidad y lo hace gracias a los giros que le da al once. Ha conseguido hacer del equipo una piña, lograr que todos se sientan importantes, lo que les ha llevado a no parar de cosechar éxitos.

 

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