Laso, contra la maldición de la Supercopa

Pablo Laso tiene una espinita clavada con la Supercopa de España. El técnico madridista, el más laureado de la historia del club tras Pedro Ferrándiz, sólo ha conseguido ganar tres torneos veraniegos de los ocho en los que ha participado al frente de los blancos. Y lo que es peor: suma tres años seguidos sin ganar siquiera en semifinales del torneo.

«Venimos preparados mejor que otras temporadas», defiende un Pablo Laso que mira con perspectiva de años anteriores cuando no podía contar con Llull, Rudy, Felipe y demás internacionales por culpa de los EuroBaskets o diversos torneos de selecciones. Este año, sin un gran torneo FIBA de por medio, las ventanas han mermado el trabajo del equipo en la última semana obligando a jugar a Facundo Campazzo, Gustavo Ayón o Gabriel Deck a jugar en América y a tragarse el consiguiente viaje largo.

Laso, sin embargo, ha podido conservar a los internacionales españoles y a gran parte de los jugadores que esperan que sean capitales como el recién fichado Prepelic o Eddie Tavares. «Las ventanas FIBA han molestado a todos, pero otros años mis jugadores llegaban el día de antes a la Supercopa», argumenta el técnico, que vio como los suyos daban buena cuenta en el torneo de la Costa del Sol de Unicaja y Olympiakos la semana pasada.

El conjunto madridista jugará este viernes las semifinales contra el anfitrión, el Monbus Obradoiro, con ganas de pasar por primera vez a una final cuatro años después. «Sabemos lo que nos espera en Santiago ante un equipo muy reconocible, que se reinventa año tras año porque pierde jugadores y hace un buen trabajo para tener un equipo largo y con un estilo muy definido gracias a un trabajo buenísimo en el tiempo con Moncho Fernández», alabó Laso sobre su rival.

El Real Madrid y Pablo Laso se encuentran especialmente motivados por el desafío que supone mejorar sus marcas de los últimos años y demostrar que sin Luka Doncic en la plantilla pueden seguir siendo el equipo hegemónico en España. El Barça presentará su nueva cara sin Navarro, mientras que Baskonia querrá demostrar que sigue siendo competitivo pese a las bajas.