«Llull tiene fuego»

Esperarle era complicado, pero no imposible. El 26 de abril, en un regreso tras casi 9 meses de parón, sus compañeros le vieron y llegaron a la conclusión de que con Sergio Llull siempre se puede contar. «Yo sólo quiero echar un cable. Obviamente no estoy al 100% ni mucho menos por todo el tiempo que he estado fuera», explica el protagonista.

A sus compañeros les da igual las ‘excusas’ que ponga Llull. En la cancha se transforma en una fiera salvaje y con los años ha aprendido a controlar ese instinto para ser demoledor. Contra el CSKA lo demostró con una actuación de 16 puntos y 5 asistencias en 22 minutos. Mientras toda la NBA estaba atento a Luka Doncic, nadie obvió el talento del menorquín que prefiere a la capital de España antes que a los millones de Houston.

«Llull tiene fuego y el carácter en la pista que nos ayuda y contagia a todos», explica Jaycee Carroll, quien piensa que el retorno del base titular del equipo ha puesto el sostén necesario al equipo para pensar en ganar un título de Euroliga tres años después. «Es una persona con mucha experiencia en los partidos importantes y lo notas en la cancha. Hace siete años (cuando jugaron la primera ante Olympiakos) no lo entendíamos. Ahora sabemos lo importante que es el factor experiencia para las finales», asevera el mormón.

¿Y que pasará si el Madrid se juega el título de Euroliga en la última posesión? ¿Habrá mandarina de Llull? «He soñado con jugar la Final Four y en todos mis sueños siempre la acabábamos ganando, algunos de ellos con una mandarina mía sobre la bocina», reconoce el base internacional español, quien sabe que no está en la misma situación que otros años por el escaso tiempo de rodaje con el que ha contado.

«Yo he venido a echar una mano, porque a tope no estoy. El tiempo que esté en la cancha me dejaré la piel en intentar ayudar al equipo. Si hay un último tiro no sé si me lo tiraré yo, todo eso se verá sobre la marcha», indica un Llull que si fuese por votación popular seguro que recibiría la confianza de jugarse esa última posesión, aunque esté lejos de su mejor forma.

En la mente de los blancos está lo ocurrido la temporada pasada en Estambul, aunque el capitán Felipe Reyes intenta rebajar aquella memoria. «Son plantillas diferentes y años diferentes. El domingo veremos», asevera con confianza. «No sé que pasará, lo único que sé es que vamos a una guerra y el equipo está preparado para ello», zanja Llull. Con su fuego, el Real Madrid vuelve a ser temible para todo el mundo.