EUROLIGA: REAL MADRID - PANATHINAIKOS

Llull reaparece en su versión mágica: ¡8 puntos en dos minutos en el último cuarto!

Llull
Llull celebra una canasta. (EFE)
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Las mandarinas han vuelto al Palacio de los Deportes. Sergio Llull reapareció en su versión más determinante para ayudar a que el Real Madrid se adjudicase el decisivo tercer partido de los cuartos de final de la Euroliga. El base madridista firmó una actuación sobresaliente en el último periodo anotando 8 puntos, a la postre definitivos.

Llull comenzó nervioso. Reapareció ocho meses después de su grave lesión de rodilla y lo hizo recibiendo el calor del Palacio al unísono. Al base, que rara vez se pone nervioso, se le notó la inactividad y la falta de confianza en sus primeras acciones lanzando algunos triples que estuvieron muy lejos de entrar.

Ese primer contacto, de casi 10 minutos seguidos, permitió al Palacio ver a un Llull que no estuvo acertado (0 de 4 en triples), pero que no había perdido ni su esencia ni su confianza para intentar cosas distintas. Ese aprendizaje le vendría bien para romper cuando el Madrid más le necesitó en el último cuarto.

Los blancos perdieron una renta de más de una decena de puntos y las dudas empezaron a acechar al coliseo madridista viendo a los griegos a un punto. Fue en ese momento cuando Llull entró en trance recuperando sus poderes mágicos. Primero anotó un canastón con rectificado restando cinco minutos para el final. Dio continuidad a eso con un triple y finalizó dos minutos después el festival con una mandarina clásica. Del 64-63 se pasó al 70-63 dejando a los griegos helados.

Laso rotó a Llull en los minutos finales, pero ya sabe que puede contar con el regreso de su estrella. No está al máximo nivel, pero cada minuto que esté en la cancha hará que recupere poco a poco ese juego característico que tiene. El talento está ahí, ahora sólo hace falta recuperar el ritmo y la confianza del Increíble Llull.

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