REAL MADRID - GIRONA: JORNADA 29 DE LIGA

Benzema espabila, pero sigue negado con el gol

Benzema
Benzema, en un lance del partido. (EFE)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

La victoria del Real Madrid se vio reforzada por la mejor versión de Karim Benzema en lo que va de campaña. El delantero francés, al que calidad no le falta y de eso deja constancia casi en cada partido, dejó de lado la intermitencia de otros choques y cuajó una de sus mejores actuaciones en lo que va de temporada, ante un Santiago Bernabéu que ve como su ‘9’, si bien sigue negado de cara a portería, parece espabilar para el tramo decisivo de la temporada.

Desde el primer momento, Karim parecía otro sobre el césped del coliseo blanco. Sus apariciones entre líneas recordaron a las de los mejores tiempos y siempre pareció conectado al juego, buscando al compañero mejor colocado para que éste pudiera rematar a gol o filtrar un pase. En el minuto 7, una dejada, sencilla pero necesaria, del galo, puso a Lucas de cara para anotar el 1-0. Falló el gallego ante Bono, pero se dejaba constancia de que no era una noche más en la temporada aciaga de un Benzema sonriente y danzante entre la nutrida defensa del Girona.

La explosión goleadora, como se podía prever, tuvo su epicentro en las botas de Cristiano Ronaldo y no en las de Benzema, pero Karim sí vistió el traje de Robin para convertirse en el gran aliado del depredador por excelencia del fútbol mundial. Algo estaría haciendo bien el ‘9’ para que se hablara tanto de él cuando el ‘7’ había marcado cuatro goles, uno de ellos asistido por su fiel compañero de delantera. 

Cristiano es, precisamente, uno de los principales culpables de que la sonrisa de su compañero copara comentarios durante el Real Madrid – Girona. El poker pasó a segundo plano para el astro portugués, que lamentó en su tercero que no fuera Benzema el que hubiera marcado, y le buscó en otros dos tantos para otorgarle la importancia que, en su opinión, merece en las victorias del equipo.

Mucho juego, poco gol

A pesar de vivir su puesta de largo en la temporada, Benzema volvió a fallar en lo que tantos le piden, la efectividad, y se marchó de vacío en el casillero de goles de un equipo que anotó seis al rival. No fue por ocasiones claras, pues marró una de las que un delantero no debe desaprovechar, en el área, con el balón franco y sólo el portero como escollo.

En cualquier caso, por su participación directa o indirecta en estos y en varias de las ocasiones más claras del partido, en el momento de la sustitución rutinaria del delantero, sumaron más los que se pusieron en pie para despedirle con una ovación que los que optaron por los pitos, muy tímidos bajo la fría noche madrileña, que disfrutó, esta vez sí, de una gran versión de Karim Benzema.

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