EL ESPAÑOL CEDIÓ EN CUATRO SETS (6-7, 6-3, 7-6, 7-6)

Los cañonazos de Cilic despiden a Carreño del Open de Australia

Pablo Carreño
Carreño y Cilic se saludan al término del encuentro. (Getty)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

No pudo ser. Pablo Carreño cayó eliminado en los octavos de final del Open de Australia tras caer ante Marin Cilic (6-7, 6-3, 7-6, 7-6), en un partido de alto nivel y en el que los misiles enviados por el espigado tenista croata acabaron decantando la balanza en los momentos decisivos del partido. Carreño trató de sumar su tercera presencia consecutiva en los cuartos de final de un Grand Slam, pero acabó sucumbiendo ante el que será el rival del ganador del encuentro entre Nadal y Schwartzman en la antepenúltima ronda del cuadro en Melbourne.

La fuerza mental de Carreño le permitió sobreponerse a un inicio cruzado en el partido, en el que un 2-4 en contra parecía descartarle para la primera manga. Una rotura al límite permitió al asturiano pelear de tú a tú en el primer tie break del partido con Cilic, y acabar proclamándose campeón, con un servicio muy sólido y puntos al resto que demuestran su mejoría y consolidación como uno de los huesos del circuito.

La primera ventaja era para Pablo, pero el nivel de confianza mostrado por Cilic durante todo el torneo no le hizo dudar ni un ápice, y a la primera oportunidad que tuvo, se adelantó también en el segundo set. Marin sabía que a base de cañonazos podía despegar a Carreño del marcador y así lo hizo, sin cometer los errores que acabaron por condenarle en el primer set. El croata rubricó la igualada con un nuevo break, que daba paso a la emoción del tramo decisivo del partido.

No se amilanó Carreño, que optó por una estrategia algo más agresiva, gozando de un beneficio temprano en forma de rotura del servicio de Cilic, cosa mayor si atendemos a los 20 aces –y 73 winners– con los que finalizó el partido el croata. Los nervios en cambio, jugaron una mala pasada a Pablo, que vio como Marin le rompía cuando se encontraba a dos pasos de hacerse con la tercera manga. En un deja vú inmediato, el asturiano volvió a romper, con contrabreak seguido de Cilic, que ya no iba a permitir sorpresas en el tie break, atado a base de cañonazos.

El golpe fue duro para Carreño, que comenzó la cuarta manga con break en contra y necesitando remontar. La costumbre de jugar a contracorriente le benefició, al igual que su frescura de piernas y la prodigiosa mentalidad que posee, nunca conectada a la rendición. Todo ello sumó un cóctel traducido en el empate en el parcial, con un break que encaminaba de nuevo la decisión a la muerte súbita. Como un calco del tercer set, Cilic se mostraba infranqueable y tras casi tres horas y media certificaba el pase a los cuartos de final del Open de Australia.

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