Carlos Sainz, rey del desierto: gana su segundo Dakar

Siempre que se suele hablar en España de Carlos Sainz la palabra gafe aparece apenas segundos después, pero esta expresión no puede estar más fuera de lugar. Porque Carlos Sainz es historia de este país y lo ha vuelto a demostrar durante las primeras semanas del año tras conquistar se segundo rally Dakar de la forma más brillante posible. Y todo 28 años después de haber ganado su primer campeonato del mundo de rallies.

Y es que el destino le debía otro título a Carlos Sainz en esta dura prueba que ahora se celebra por la dunas de sudamérica. Después de haberse topado con la mala fortuna en las cinco ediciones anteriores donde tuvo que abandonar, el español volvió a ser el rey del desierto tal y como lo hizo en el pasado año 2010, fecha en la que consiguió por primera vez tocar el cielo en el ‘raid’ más duro del mundo.

Además, en este 2018, ha entrado por la puerta grande en el olimpo. Después de salvar el liderato en la etapa del viernes en los 424 kilómetros de especial entre las localidades de San Juan y Córdoba, el piloto madrileño defendió en el último día de competición los 46 minutos que tenía de ventaja con respecto al catarí Nasser Al-Attiyah (Toyota) y levantó su segundo título después de haber realizado una carrera perfecta tras ganar dos etapas, la sexta y la séptima, y terminar segundo en la cuarta. Y es que este año no ha aparecido la mala fortuna; simplemente se ha impuesto la calidad al volante. Y de eso, Carlos Sainz, a sus 55 años, tiene mucha.

En esta edición del Dakar ni siquiera ha podido con él su compañero de equipo Stéphane Peterhansel, también conocido en el mundillo como ‘Monsieur Dakar’, que no ha podido seguir el ritmo del otro coche Peugeot conducido por el español junto con su copiloto, Lucas Cruz, que también merece todos los honores. El campeón de 13 ediciones entre coche y motos, jugaba en el equipo de casa, y a pesar de que surgieron rumores sobre si el equipo francés ordenaría a Sainz ceder tiempo ante su compañero, la buena conducción del español espantó todo tipo de dudas. Ni truco ni cartón.

Un mito a la altura de Santana, Ballesteros, Ochoa…

Cuando hablamos de Carlos Sainz nos referimos a un mito del deporte español a la altura de Manolo Santana, Severiano Ballesteros, Paquito Fernández Ochoa o Fernando alonso. Estos, como el piloto madrileño, le dieron un deporte al país que recibió los éxitos de estos deportistas con los brazos abiertos y que los ha convertido en héroes.

Porque allá por los años 80, el campeonato del mundo de rallies era un gran desconocido dentro de la cultura española. Ningún medio se hacía eco de este deporte hasta que llegó Carlos Sainz para convertirse en historia al volante después de ganar los títulos de 1990 y 1992 además de otros cuatro subcampeonatos y cinco terceros puestos. Esto le convirtió en el mejor del mundo y uno de los mejores de la historia en esta disciplina.

Después de su retirada en 2004 (en 2005 participó en dos carreras), en 2006 inició su participación en el Dakar que se ha saldado con otros dos títulos mundiales. En total, cuatro, para crear un palmarés que nos dice que estamos ante uno de los grandes de historia de España. Este podría haber sido aún más extenso de no ser por la mala fortuna, pero sus méritos son suficientes para considerale como el rey del volante en nuestro país.