GRAN PREMIO DE LA COMUNIDAD VALENCIANA DE MOTO GP

Marc Márquez, otra vez campeón del mundo

Marc Márquez
Marc Márquez se proclamó campeón del mundo. (AFP)
Javier Iglesias

Y ya van cuatro. Marc Márquez lo ha vuelto a hacer: es de nuevo campeón del mundo de Moto GP. El piloto español cumplió los pronósticos y aprovechó su renta para levantar un nuevo título. Un minuto de locura decidió el Mundial. El de Repsol-Honda salvó una caída con una maniobra magistral antes de que Dovizioso acabase por los suelos. 

El circuito Ricardo Tormo puso final al Mundial 2017 y lo hizo con una prueba cargada de emoción y tensión con dos hombres jugándose el campeonato, pero uno como claro favorito. Márquez llegaba con 21 puntos de ventaja sobre Dovizioso, un margen que fue más que suficiente para reeditar su corona, la cuarta en cinco años en MotoGP, y situarse como el segundo piloto nacional más laureado de la historia por detrás de una leyenda como Ángel Nieto.

El escenario no era nuevo para Márquez. Ya en su primer año en la categoría reina, en 2013, también llegó a Cheste en el liderato y supo gestionar bien esa presión pese a ser ‘rookie’. Entonces sólo le valía ganar y así lo hizo. Esta vez, partiendo desde la pole, aguantó la primera posición en los virajes iniciales y empezó a tirar marcando vuelta rápida. Pedrosa se colocaba segundo, haciendo de guardaespaldas de su compañero de equipo. Hasta que no fue capaz de soportar el ataque de Zarco, que se colocaba segundo.

El reto de Dovizioso era complicado. Debía ganar y esperar un desastre del piloto de Repsol-Honda para volver a hacer Ducati campeón diez años después de la victoria de Casey Stoner. Pero para eso tenía que llegar el primero y en la primera vuelta ya había ganado tres posiciones. 

En un principio, Márquez mostró madurez para tomar los riesgos sólo necesarios y evitar irse al suelo, una situación que ha conocido durante esta temporada en muchas ocasiones. De hecho, tanto en los libres del viernes como en la clasificación del sábado besó la tierra del circuito de Cheste. Esta vez no se podía repetir. Por ello no le interesó pelear con un Zarco que en la vuelta 3 se colocaba líder mientras Dovizioso llegaba por detrás muy rápido, pero se veía frenado por su compañero Jorge Lorenzo al que no era capaz de adelantar.

La carrera no podía ir mejor para Márquez. Siguiendo la veloz estela de Zarco en cabeza y protegido por un Pedrosa al que perseguían las Ducati. El guión era perfecto. Sólo hacía falta que pasaran las vueltas. En el box se ponían nerviosos ante la imposibilidad de Dovi para superar a Lorenzo y con la pizarra le indicaban al balear que dejase pasar a su compañero para intentar la gesta. Pero Jorge hacía caso omiso a las órdenes de equipo, aunque tampoco es que el italiano siguiese muy de cerca su rebufo.

Márquez, viendo la situación de carrera, quería ser campeón a lo grande: ganando la carrera. El español dudaba entre dar el espectáculo al que acostumbra o ser conservador y asegurar el título. Pasar a Zarco implicaba declarar la guerra a un piloto peleón y eso tenía riesgos. Hasta que a falta de 8 giros Márquez decidía arriesgar y se iba fuera. Mala elección. En una maniobra de auténtico genio evitaba irse al suelo y volver a entrar en pista en quinta posición. De locos.

A falta de cinco vueltas, se hacía oficial la noticia: Márquez era campeón del mundo. Lorenzo y Dovizioso se iban al suelo y ya no importaba el resultado del ilerdense. Dovi llegaba al box de Ducati aplaudido por su equipo. Su temporada, bien lo merece. La victoria final fue para un Dani Pedrosa que se impuso en la última vuelta al francés Zarco.

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