Objetivo cumplido en Macedonia (1-2)

La presencia de España en el próximo Mundial está un poquito más cerca. La Roja jugaba dos partidos en Skopje. El que se disputaba este domingo ante un combinado pegajoso y el que jugará el próximo 2 de septiembre en el Santiago Bernabéu ante Italia. Ambos duelos van de la mano para sellar el billete a Rusia 2018. España no podía fallar. Una victoria era necesaria para depender de sí mismos. Y cumplió. Pero sin saborear la Macedonia ni rebañar el plato.

Desde el comienzo del partido se planteó lo esperado. España sobando el balón ante el muro macedonio. Lopetegui, consciente de las intenciones locales, optó por dar entrada a Isco en el once titular. Pocos jugadores mejores que el malagueño para encontrar espacios. Y si le juntas con Thiago, Iniesta y Silva, sólo era cuestión de tiempo que generasen la jugada que abriese el marcador. No hizo falta esperar mucho.

En el minuto 14 de partido Silva fue el encargado de batir al meta Dimitrievski. Jordi Alba alcanzó la línea de fondo para poner al balón al canario. Recorte en una baldosa y un toquecito suave para marcar en su cuarto partido consecutivo con La Roja e ir facturando la maleta al Mundial.

Entonces comenzó el festival de Isco. El jugador del Real Madrid demostró que ha llegado al tramo final de temporada en un momento de forma excelente, que ligado a su calidad le hacen un jugador que marca diferencias. Recogió el balón en banda derecha, hizo una de sus famosas croquetas para romper al defensor macedonio y enviar el balón al segundo palo para que Diego Costa sólo tuviese que empujar la pelota.

Isco se vino arriba y se hizo el amo total del juego ofensivo de España pudiendo marcar en dos ocasiones más antes del descanso. Por su parte, el partido era plácido para un De Gea que apenas tenía que intervenir en algún balón largo, lo único que hacía el conjunto local.

Mientras, en el otro partido que jugaba España (sí, el de Italia del día 2) España debía pensar en las tarjetas amarillas. Hasta seis jugadores, Piqué, Sergio Ramos, Busquets, Thiago, Vitolo y Costa, debían mostrarse prudentes y no ver una cartulina que le impidiese jugar el partido. Ese objetivo también estaba cumplido.

El ritmo del partido iba cayendo. Macedonia se sentía impotente ante una España que se sentía tan superior que caía en lo aburrido esperando que cayese algún gol más. Piqué, en el minuto 60, tuvo en su cabeza el tercer tanto, pero envió el balón fuera cuando el tanto ya subía marcador.

Todo cambió unos minutos después cuando Ristovski hizo la jugada de su vida. El carrilero del Rijeka se subió en la moto para correr más que todos los defensas españoles y pegar un zambombazo ante el que nada pudo hacer De Gea. Golazo por la escuadra.

El partido entraba en una fase complicada. Lo que parecía un paseo se convertía en unos minutos de nervios, tensión y dudas. Reaccionaba Lopetegui dando entrada a Pedro y minutos después a Koke. Según se acercaba el final España hizo lo que mejor se le da: aguantar el balón. Por momentos parecía un partido de balonmano moviendo el balón de lado a lado sin pensar en buscar el lanzamiento para la meta rival, pero lo cierto es que Macedonia no la olía.

Al final el objetivo estaba cumplido con más oficio que brillo. Ahora, turno para las vacaciones. Victoria en el casillero y a pensar en Italia. Santiago Bernabéu. Sábado 2 de septiembre. Ya huele a un partidazo que bien vale un billete al Mundial.