Dumoulin vuela en la crono y gana el Giro centenario, Quintana segundo y Nibali tercero

Dumoulin
Dumoulin levanta el trofeo de vencedor del Giro. (AFP)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
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Ni los escaladores, ni los apretones, ni verse cuarto antes del último día pudieron con Tom Dumoulin. El corredor holandés se proclamó vencedor final del Giro de Italia después de la disputa de la última etapa de la ronda, una contrarreloj para especialistas como él en la que Dumoulin reconquistó la maglia rosa para subir a lo más alto del cajón final, por encima de Nairo Quintana y Vincenzo Nibali, segundo y tercero, respectivamente. Jos Van Emden venció en la etapa.

Salió del circuito de Monza el holandés con una arrancada totalmente contraria a de los bólidos que acostumbran a volar por el asfalto de la pista italiana. Dumoulin es diesel, con una velocidad crucero imparable, y no necesitó ni un minuto para activarla camino de la Piazza del Duomo, donde esperaba la última maglia rossa del Giro centenario.

Unos minutos después partieron el siempre combativo y vigente campeón, Vincenzo Nibali, con opciones hasta el final, y Nairo Quintana, portador del maillot de líder hasta el último día. El colombiano necesitaba de su mejor versión contra el crono para mantener la ventaja, sustancial pero posiblemente innecesaria, de 53 segundos con respecto a Dumoulin. 

El primer punto intermedio fue destapando las cartas de los corredores y el tiempo de Dumoulin era muy bueno, el segundo mejor de los participantes –por detrás de Van Emden–, pero no suficiente para paliar absolutamente la motivación de Nairo, Nibali y Thibaut Pinot, posiblemente el hombre más fuerte junto a Landa en la última semana de carrera.

Nairo mantenía 22 segundos de ventaja después del primer tercio de carrera, y justo cuando este pasaba por el punto inicial de los intermedios, Dumoulin, que ya era segundo provisional, volvía a mostrarse en su versión feroz al paso por los 20 kilómetros, con poco más de ocho a meta. En lo que tardara Quintana por pasar por ese cronómetro se decidiría el Giro, pero el maillot tricolor del campeón de Holanda contra el crono comenzaba a amenazar con desaparecer para teñirse de rosa en Milán.

La potencia, la posición y la especialidad de Dumoulin resultaban demasiado caras para Quintana, que en el virtual del segundo punto intermedio se encontraba en segunda posición, a siete de Tom, pero ya pensando en mantener el trono de subcampeón ante Nibali, algo que finalmente pudo conseguir.

El crono se paró en 33:23, insuficiente para batir a un feliz Van Emden, que se llevaba el parcial, pero sobrado, dentro de la igualdad final, para levantar su primera grande. A pesar de todo y con la potencia como base, a lo Indurain, Tom Dumoulin es el campeón del Giro de Italia centenario.

 

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