CRISIS EN BARCELONA

Ultimátum a Luis Enrique: se la juega en Anoeta… y en el Clásico

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Luis Enrique, en un partido del Barcelona. (Getty)
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Luis Enrique está al borde del abismo. El asturiano ha llevado al Barcelona a su peor arranque en Liga desde 2007, año en el que Frank Rijkaard dejó al equipo sin títulos. El técnico no cuenta ni con el beneplácito de unos jugadores cansados de sus estridencias ni de una directiva que ve cómo pasa de sus consejos de alinear a sus fichajes –los minutos de Alcácer o André Gomes son testimoniales–.

A cuatro puntos del Real Madrid en el campeonato doméstico y con una visita al siempre complicado campo de Anoeta –el Barça ha perdido en cinco de los últimos seis partidos disputados en San Sebastián–, Luis Enrique no las tiene todas consigo para llegar al Clásico en la mejor predisposición posible.

Desde la directiva se ha trasladado la idea de que si el asturiano cae también ante el eterno rival tiene pocas, por no decir ninguna, opciones de comerse el turrón en el Camp Nou. Al Barcelona no le temblaría el pulso para sondear otras opciones mejor aceptadas por la plantilla como su segundo entrenador Juan Carlos Unzué.

Luis Enrique sabe que su margen de error es escaso en estas fechas. El ‘meneo’ del City de Guardiola recientemente en Champions tampoco ayudó a asentar la creencia en su figura como entrenador del Barcelona. La victoria ante el Celtic no ha conseguido calmar los ánimos de una plantilla que cada día ve que el asturiano se va quedando sin apoyos. Salvo sus jugadores protegidos –Luis Suárez, Rafinha y Sergi Roberto–, ningún otro defiende las tesis de un Lucho cuya salida no causaría un agujero económico en el club y que no desgastaría la imagen del presidente Josep María Bartomeu, puesto que ni la afición ni la prensa catalana guardan un especial afecto al entrenador.

El ex jugador acaba contrato el 30 de junio y el tema de su renovación aún no se ha abordado en la directiva ni hay planes de ello. Luis Enrique cobra 5,5 millones al año y el finiquito que tendría que abonar el Barcelona sería testimonial para las cifras que manejan otros técnicos. En Can Barça no pueden, ni quieren, verse a 10 puntos del eterno rival, lo que supondría la inmediata salida de Luis Enrique.

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