EUROCOPA 2016: INGLATERRA 2-1 GALES

Sturridge evita el ‘Brexit’ en el 92′

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Sturridge celebra el 2-1 de Inglaterra ante Gales. (Reuters)
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

De salida el partido nació a pocas revoluciones. Pausado y un poco tostón, como un discurso de Rajoy. Gales regalaba el campo a Inglaterra, consciente Coleman de que sus bazas pasaban por darle latifundios a Bale para correr las contras. Pero los pross dieron a los leones a probar su propia medicina.

Fue en el minuto 8. Kane se descolgó a la mediapunta, abrió para la carrera de Lallana por la derecha, que asistió a Sterling, que se marcó un Higuaín y la echó alta cuando lo tenía todo a huevo para marcar. Perdonaba Inglaterra y respondía Gales con una maniobra de Bale dentro del área, cuyo disparó lo desvió a córner Cahill. Se animaba la cosa.

Hodgson mandaba a sus jugadores al área de Gales e Inglaterra empezaba a jugar casi con cinco delanteros, estilo viejuno como su seleccionador, pero que le permitía al menos encerrar a los muchachos de Coleman. La zaga galesa se parecía a su selección de rugby achicando balones y agarrando a cualquier inglés que se cruzara de por medio.

El partido tenías más córners que fútbol. El delirio de colocar a Rooney de mediocentro le costaba caro a Inglaterra, porque el del United conducía más que Fernando Alonso y ralentizaba el juego. Pasaban los minutos y los ingleses incrementaban un punto su presión, lo que provocaba que los centrales galeses regalasen la pelota una vez sí y otra también.

Bale se echa un país a la espalda

En el 27 pudo Inglaterra abrir el marcador, pero el remate a bocajarro de Cahill tras una falta lateral botada por Rooney murió mansamente en las manos de Hennessey. A los 33 los ingleses reclamaron penalti tras una mano de Ben Davies dentro del área, pero el Felix Brych, el amigo del Barça, entendió que había sido involuntaria. Puede incluso que acertara.

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Bale marca del falta el 0-1 para Gales. (Reuters)

El acoso inglés se intensificaba en cada córner y Smalling tuvo el 1-0 en su cabeza. Que no fue tal porque remató un poco desviado. El viejo Hodgson se echaba las manos a su pelazo. Y se los arrancaría en el 43 cuando Bale se cascó una falta magistral made in Gareth, lejanísima, que Joe Hart, ese portero que es más irregular que los hijos de Paquirri, no supo atajar porque puso las manos blanditas, como si fuera a bañar a un bebé.

Bale se volvía a echar a un país a sus espaldas. Gales encontraba un gol inmerecido, pero es lo que tiene tener un crack en tu equipo. Y en esas, con los ingleses al borde del Brexit, nos fuimos al descanso. Hodgson movió el banquillo y metió a Sturridge y Vardy por Sterling y Kane.

Vardy iguala el partido

El guión del duelo cambiaba menos que los capítulos del Equipo A. Dominaba Inglaterra, se defendía Gales. Y pasaban los minutos. Ramsey y Rooney alternaron ocasiones, pero entonces en un barullo apareció Vardy para dar aire a los pross al empatar el partido. Los galeses pidieron fuera de juego, pero la pelota venía de una asistencia involuntaria de Williams.

El tanto espoleó a Inglaterra y trastocó los planes de Coleman. A Gales le tocaba sufrir… y rezar. Los pross atacaban descontroladamente, pero la superpoblación del área de Gales podía provocar un gol al más mínimo rechace. A los de Coleman les quedaban poco más de 20 minutos para entrar en la historia al sellar virtualmente su pase a los octavos de la Eurocopa.

Sturridge evita el ‘Brexit’

Hodgson metía al niño Rushford para jugar con dos puntas en busca de un triunfo que daría la vuelta al panorama de Inglaterra en la Eurocopa. Gales se refugiaba cada vez más atrás y firmaba un punto que les sabía a gloria bendita. Lo fiaba todo a alguna galopada de Bale o del recién salido Williams, pequeñito pero matón.

Se consumían los minutos e Inglaterra iba muriendo en su propia impotencia para marcar. Los galeses estaban noqueados, pero se resistían a besar la lona. Y así, a golpe de riñón, sufrimiento y despeje, resistió Gales las embestidas inglesas y parecía que iba a salvar un punto.

Pero no. Apareció Sturridge, el delantero más torpe de Inglaterra, se hizo hueco en el área a trompicones y sacando su enorme trasero y acabó marcando con un punterazo deslucido. Fue un gol feo y vital. Fue un gol que hundió a Gales. Fue un gol que evitó el Brexit de Inglaterra en la Eurocopa.

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