Una de las revelaciones futbolísticas del año

Lucas Vázquez, el canterano cum laude del Real Madrid quiere la Eurocopa

Lucas Vázquez, el canterano cum laude del Real Madrid quiere la Eurocopa

Sábado 28 de mayo en Milán. 23.23 horas. Lucas Vázquez se aproxima a Zinedine Zidane y le pide tirar uno de los penaltis que decidirán la final. El verde de San Siro era entonces un reguero inacabable de futbolistas patitiesos que a duras penas se mantenían medio en pie. Unos, desintegrados por casi dos horas de esfuerzo ciclópeo; otros, atenazados por jugarse la bolsa y la vida, incluso, el sentido de sus respectivas carreras deportivas, al todo o nada de los 11 metros.

Zidane da el OK. El meritorio Vázquez coge la pelota con la tranquilidad de un juvenil que acaba de terminar el curso. Más de 82.000 personas cuentan cada uno de sus pasos hasta llegar al muro de contención Jan Oblak. Con cada pisada, el escaso 1,73 de Lucas Vázquez se agiganta, como una alucinación ante los ojos del polaco. El silencio es tan pesado en todo el estadio que el inicio de la tanda de penaltis parece un interrogatorio. Entonces, Lucas lanza y responde: GOL. Y como si fuera una reivindicación machadiana, golpea con fiereza el escudo de su camiseta —“golpe a golpe, verso a verso”—. El canterano cum laude del Real Madrid acababa de cerrar la mejor temporada futbolística de su vida. Al tiempo que abría de par en par el camino hacia la Undécima, ganaba un billete para defender a España más allá de los Pirineos.

Del Espanyol a la Eurocopa

Lucas Vázquez comparece en la Eurocopa de Francia con un sólo partido como internacional absoluto. Con casi toda seguridad, no estará entre los titulares que se enfrenten a la República Checa en el Stade de Toulouse. No obstante, si nuestra selección quiere revalidar el título, su concurso será fundamental. Con 24 años, está destinado a ser el cuchillo que convierta en mantequilla las defensas rivales. Tiro, desborde y velocidad le sobran. Igual que descaro. Llegó al Madrid como fondo de armario después de un año cedido en el Espanyol. Tras 33 partidos oficiales y 4 goles, se ha convertido en prenda esencial en el vestuario de Zidane. El entrenador francés lo ha utilizado como ‘jugador número 12’ por delante de violinistas atribulados como James o Isco.

El centrocampista gallego es un currante virtuoso que cambia la dinámica de los encuentros con mucho trabajo atrás —incluso, eventual lateral derecho— y absoluta determinación arriba. Un giro copernicano a la espera de dificultades. Especialista polivalente para sustituir la baja de Jesús Navas y la duda de un Pedro Rodríguez que ha estado desaparecido en combate durante su primer año en el Chelsea. De hecho, el madridista lo tiene todo para emular aquel torneo apoteósico de Sudáfrica 2010 donde España se convirtió en leyenda y Pedro dejó de ser Pedrito para convertirse en una estrella mundial.

Un funambulista para momentos sin red

La participación y el éxito de Vázquez dependerán, en gran medida, del recorrido de los de Del Bosque en Francia. Cuanto más lejos lleguen, más necesitará el seleccionador al jugador procedente de esa cantera que tan bien conoció. El chico que hace tan sólo 10 años aún jugaba en el equipo de su pueblo, sigue dando pasos hacia delante tras haber derribado la puerta del vestuario del Real Madrid. Coetáneo de Álvaro Morata o del ausente Dani Carvajal, aprovechó su beca Séneca en Montjuïc para volver a la Casa Blanca con plaza en propiedad.

Lo que al principio parecía un fichaje para cumplir con la normativa de la UEFA, que obliga a cada equipo a inscribir a cuatro canteranos del club y a ocho jugadores del propio país, ha acabo siendo uno de los fichajes más rentables en muchos años. Su temporada así lo acredita. En la final de Champions salió en el minuto 76 para sostener al equipo, justo cuando al Madrid se le escapaba el partido por la falta de aliento.

Ahora, su irreductible capacidad de trabajo, el talento a disposición del equipo y una voluntad kamikaze se ponen en las manos de Del Bosque para, si es preciso, comparecer como solución en aquellos partidos que no tengan solución posible. Lucas Vázquez es un funambulista para instantes donde desaparece la red. España lo necesitará. Seguro.

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