La Séptima se hace mayor de edad

La Séptima se hace mayor de edad
La Séptima llegó un 20 de mayo de 1998. (AFP)
Iván Martín

Los 18 años siempre son especiales. Es la mayoría de edad, lo que todos los adolescentes sueñan alcanzar cuanto antes. Se puede entrar a sitios antes prohibidos, se puede conducir y se abre un abanico de posibilidades que hace sentir adulto. Pero cuando los 18 años los cumple un trofeo, lo que provoca es una gran dosis de nostalgia y de recuerdos que se vienen a la memoria. La que cumple 18 años es la Séptima del Real Madrid, la Champions en mayúsculas, la más deseada y la que cambió la vida a una generación.

Cualquier madridista está orgulloso de las 10 Copas de Europa de la entidad. Una de las frases más recurridas de cualquier merengue cuando habla de su equipo es “pero tenemos 10 Champions”. Ser el rey del continente es una gran responsabilidad y el aficionado del Real Madrid lo sabe. Por ello, cuando las cosas van mal se recurre a la decena, pero cuando las cosas van bien también. Todas ellas son las niñas bonitas de la sala de trofeos del Santiago Bernabéu, pero hay tres que destacan por encima de todas.

La primera es la Sexta, que recientemente cumplía 50 años, ya que el Madrid la ganó con 11 jugadores españoles sobre el césped. El tercer título que cualquier vikingo va a recordar eternamente es la Décima. Por como llegó, ante quien y lo que significó. En el último minuto del partido para arrebatar la primera Champions al Atlético de Madrid y sumar dos dígitos al palmarés. Y la segunda, en muchos casos, según la edad será la primera, es la Séptima. Aquel 20 de mayo de 1998 en Ámsterdam no se olvidará jamás por Chamartín. Fue el entrar al color. El quitarse de encima 32 años de frustraciones la pareja perfecta estuvo separada. Cambió el nombre y el formato, la edad la hizo más grande y robusta, pero las sensaciones fueron las mismas.

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Mijatovic marcó el gol de la Séptima. (AFP)

Aquella portería ante el Dortmund

El Madrid de Jupp Heynckes se plantó en la gran final tras eliminar al Borussia Dortmund. Le ganó en la semifinal de la portería. El arco del fondo sur cayó antes de que comenzara el encuentro y la UEFA estuvo a punto de suspender el partido, pero Agustín Herrerín, delegado blanco, se puso el disfraz de superhéroe para arreglar el desastre. Tuvo la genial idea de ir a la antigua Ciudad Deportiva a buscar una portería. Luego tuvo que dar con unos camioneros dispuestos a trasladarla al feudo madridista y también lo consiguió. Al final el partido se reanudó 75 minutos más tarde y Morientes y Karembeu pusieron una ventaja que los blancos aguantaron el vuelta para plantarse en la final.

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La portería del Bernabéu se cayó ante el Dortmund. (Getty)

En Amsterdam el rival era la Juventus de Zidane, Inzaghi, Del Piero, Davids o Deschamps. Los italianos eran mejores. Afrontaban su tercera final consecutiva y todo estaba en contra del Real Madrid. El partido comenzó y los blancos empezaron a controlar el duelo. Es cierto que lo turineses atacaban con peligro, pero se iba controlando. Todo estaba bien para Illgner, hasta que en el minuto 67 todo se puso maravilloso.

Pedja Mijatovic recogía un disparo de Roberto Carlos dentro del área y lo elevaba para superar a Peruzzi y a la defensa de la Juve. El balón estaba dentro de la portería. El Madrid cogía ventaja y ya no la iban a soltar. Cuando el alemán Hellmut Krug pitaba el final del partido la locura se apoderó del madridismo.

Nunca se vivió nada parecido

La ciudad de Madrid abarrotó las calles en una fiesta que se podía vivir en cualquier punto de la geografía española. Al día siguiente, los jugadores aterrizaron en la capital y desde el aeropuerto hasta que se montaron en unos coches descapotables que les llevaron a La Cibeles. En la diosa, cuando aún los jugadores se podían subir a ella, todo fue felicidad. El fin de fiesta fue en el Bernabéu, donde todos bailaron al ritmo de La Macarena. Sí, hace 18 años La Macarena era lo más.

Los jugadores del Real Madrid en la Cibeles. (Pinterest)
Los jugadores del Real Madrid en la Cibeles. (Pinterest)

La Séptima fue mucho más que una Champions League. Los afortunados que estuvieron en el Ámsterdam Arena la recuerdan con orgullo y emoción. Ese día niños de 10 años veían a su equipo dominar el continente pro primera vez, pero hombres de 40, a los que la Sexta les llegó muy jóvenes también. La emoción se apoderó de todos. ¡Feliz cumpleaños, Séptima!

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