Ciencia

En qué consiste el entrelazamiento cuántico

Posibilidad de que dos objetos que se encuentran físicamente separados se puedan comunicar

entrelazamiento cuántico
Descubre qué es el entrelazamiento cuántico

El concepto del entrelazamiento cuántico es una idea que se remonta a principios del siglo XX, más precisamente al año 1900. Fue cuando el físico alemán Max Planck, considerado el padre de la teoría cuántica, propuso cambiar el foco de la investigación y no hablar más de cantidades infinitas de energía, sino que habría que hacerlo sobre su transmisión de energía en pequeñas cantidades o paquetes, que llamó «cuantos».

En el año 1905, Albert Einstein, basado en las pruebas del físico Philipp Lenard sobre efectos fotoeléctricos, propuso que la ondas de luz se pueden propagar como ondas y como partículas al mismo tiempo. Presentó al fotón como la partícula portadora de luz.

La noción de entrelazamiento cuántico 

El concepto del entralazamiento cuántico fue introducido por Einstein, Podolsky y Rosen en el año 1935 y se lo conoció como «la paradoja EPR».

La paradoja consiste en la posibilidad de que dos objetos que se encuentran físicamente separados, inclusive por millones de kilómetros entre sí, se puedan comunicar. Es decir, que dos objetos pueden compartir la misma información y alterar su estado, aunque tan solo uno de los dos objetos sea el afectado.

En la actualidad, este tipo de experimentos se realizan con fotones de luz y no con electrones, que nacen de una misma fuente. Lo impresionante es que el intercambio de partículas se transmite a la velocidad de la luz: 300.000 kilómetros por segundo.

Llegados a este punto, hemos de incorporar también el concepto de incertidumbre, propuesto por Werner Heisenberg a mediados del Siglo XX, que está estrechamente ligado al concepto del entrelazamiento cuántico.

La incertidumbre afirma y demuestra que no es posible medir al mismo tiempo la velocidad y la posición de una partícula en un instante dado. Cuando se mide la posición, la velocidad se cancela. O viceversa.

Por ende, una de las principales características del universo cuántico y del reino de subatómico, es que no podemos saber con exactitud dónde están los objetos. El hecho de medir se traduce, paradójicamente, en lo inmedible, inobservable y no localizable.

Mucho falta por aprender sobre el entrelazamiento cuántico y  la mecánica cuántica en general, que aún sigue siendo una teoría. Los expertos auguran algunas situaciones, en las que de aplicarse el entrelazamiento cuántico, conseguiríamos revolucionar y concretar especulaciones propias de la literatura de ciencia-ficción, como la computación cuántica, la criptografía cuántica o la teletransportación. Pero, como dijo Albert Einstein, Dios no juega a los dados, y, de momento, esta partida se está antojando dura para los humanos.

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