Decepcionante tarde en Valladolid por la escasa bravura de los toros

Valladolid
Morante de la Puebla da un pase a su segundo toro (Foto: EFE).

El deslucido juego ofrecido por los toros de Vellosino dio al traste con la expectación suscitada en el tercer festejo de la Feria de la Virgen de San Lorenzo, una tarde en la que Morante de la Puebla, José María Manzanares y Emilio de Justo, que sustituía a Cayetano, se fueron de vacío.

Se cumplió el refrán «Corrida de expectación, corrida de decepción». Le faltaron muchos ingredientes a los toros salmantinos de Vellosino, que en todo momento condicionaron la tarde.

Poco pudo hacer Morante con el que abría plaza, un zambombo muy atacado de carnes, al que castigaron excesivamente en varas. El de La Puebla del Río lo intentó sobre la diestra en un breve trasteo en el tercio, sin respiro, con un toro con bondad, pero al que le costaba moverse. Desafortunado con la espada.

Morante se afanó en su segundo turno, con el quinto, un animal desrazado y ayuno de recorrido. En terrenos de tablas le buscó las vueltas, sin embargo, debido a la deslucida condición del astado, aquello no levantó vuelo.

Manzanares estuvo voluntarioso con un animal excesivamente anovillado, su primero. Faena intermitente, de enfermero, intentando mantener en pie a un toro claudicante. Demasiadas voces las del diestro alicantino. No le funcionó la tizona y dejó un feo metisaca tras varios pinchazos.

Incomprensiblemente fue devuelto el quinto, al lesionarse en banderillas. El de José Vázquez, primer sobrero, salió también lisiado de los cuartos traseros y retornó a los corrales.

Basto de hechuras, aleonado y sin cuello, el tercero tris, de Garcigrande, resultó manejable en la muleta, algo rebrincado en la embestida, pero tuvo fondo el rajado animal. Entre intermitencias, Manzanares ligó y templó sobre la diestra, con plasticidad pero sin acabar de redondear. Dejó una estocada entera, habilidosa, tras pinchar en los dos primeros envites.

Un crecido Emilio de Justo ganó terreno a cada lance a la verónica en su primero, muy jaleado por el público. Más voluntad que acierto hubo en el quite por gaoneras. El toro llegó al último tercio con movilidad y repitiendo en la embestida, con recorrido por el derecho.

Algo crispado anduvo el extremeño por momentos y quizá afectado en sus maneras, sin embargo, firmó pasajes de buena nota corriendo bien la mano por el pitón de mejor condición. De muchos quilates los naturales a pies juntos a modo de broche. Se atascó con la tizona.

Flojito pero de buen aire resultó el que cerró plaza. De Justo dio con la tecla al no bajar excesivamente la mano a un toro no sobrado de fortaleza. Más reposado que en su primer turno, el extremeño asentó las zapatillas en el tercio, firmando buenos pasajes al natural en la segunda parte de la faena. Estéticos fueron los ayudados a modo de broche. Estocada caída al tercer intento.

 

FICHA DEL FESTEJO.- Cinco toros de Vellosino, y uno sobrero tris -el quinto- de Garcigrande, que sustituyó a un primer sobrero de José Vázquez, lesionado al igual que titular. Corrida, en general, mal presentada, floja y descastada.

Morante de la Puebla, de catafalco y oro: Silencio y división de opiniones.

José María Manzanares, de azul cobalto y oro: Silencio tras aviso y ovación.

Emilio de Justo, que sustituía a Cayetano, de azul marino y oro: Ovación y ovación

La plaza registró dos tercios largos de entrada, en tarde de agradable temperatura, con ligera brisa.

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