El Shikillo Festival despide su calurosa edición 2017 marcada por las actuaciones de Estricnina y Kase.O

Shikillo Festival 2017
Shikillo Festival 2017

Como todo lo bueno, se acabó el Shikillo Festival 2017, nos despedimos de Candeleda y de la Sierra de Gredos con la promesa de volver el año que viene y seguir disfrutando de todo los que nos ofrece tanto el festival, como el inigualable paraje natural que nos encontramos en el sur de la provincia de Ávila.

Durante tres días el rock y el rap hicieron de Candeleda su casa y no dejaron indiferente a nadie. A pesar del asfixiante calor que te “echaba” de la tienda de campaña a las 10 de la mañana, en contraposición a las duchas del festival, cuyo agua te espabilaba por muy dura que hubiera sido tu noche, el Shikillo Festival reunió a más de 18.000 asistentes y 40 grupos, que cantaron y bailaron en los escenarios del recinto principal y, por supuesto, en el escenario de las piscinas naturales, que fue la vía de escape perfecta para los mas de 40º grados que se registraron en Candeleda durante el festival.

Todos los días desde las 2 de la tarde, primera hora para el estilo de vida de un festival, podíamos disfrutar de los conciertos a la orilla de las piscinas naturales, e incluso podrías llegar a descansar si eras capaz de conseguir una sombra. A las 6 de la tarde daban por finalizado el espectáculo en el escenario más refrescante de los festivales españoles y comenzaba el éxodo hacia el camping, donde los asistentes regresaban para coger energías antes de encarar los conciertos del escenario principal del festival. Escenario principal en el que dejaron lo mejor de si mismos algunos de los mejores artistas del panorama musical español.

Kase.O fue sin duda el concierto más esperado por todos los asistentes y el MC maño no defraudó y volvió a dar un espectáculo inolvidable sobre el escenario, cantando tanto temas de su nuevo disco “El Círculo” como canciones de su antiguo grupo Violadores del Verso con el que llego a la fama. Juanito Makandé y El Canijo de Jerez, juntos como Estricnina, también reunieron a un número considerable de fans alrededor de su escenario e hicieron las delicias de los asistentes tocando canciones de su primer disco, pero también algunos de los éxitos que los llevaron a la fama como la versión del Canijo de “Kiss-off” o la emotiva pieza de Makandé “Churrete y Ringo”.

Además de los esperados cabezas de cartel otro muchos grupos hicieron vibrar, saltar y cantar al público de Candeleda. El jueves, Enrique Villarreal “El Drogas”, hizo realidad los sueños de los que fueron a verle y, además de su nuevo disco, tocó los temas que le lanzaron al estrellato y su hit número uno “Blanco y negro”. Cerró el escenario el rapero madrileño Costa con su salvaje directo. El viernes, Riot Propaganda, la unión de los Chikos del Maíz y Habeas Corpus, no dejo sin bailar a ninguno de los fans que se quedaron a verles tocar y los alicantinos Aspencat pusieron sobre las tablas su reggae-electrónico que te obligaba a mover el cuerpo al ritmo de la música, quisieras o no.


Y el sábado nos quedaban todavía una buena remesa de grupos y músicos. Morodo, uno de los precursores del reggae español, llenó el escenario con todos los fans que ha ido acumulando durante su dilatada carrera y no les decepcionó al cantar las canciones más famosas de su repertorio como “Binghi no cry”, “La yerba del rey” o “Rap ´n Party”. Los italianos Talco llegaron después de los murciélagos de Estricnina y cambiaron el tercio de la música, no se dejaron nada en la recámara y pusieron a bailar a sus seguidores con su música, mezcla de ska-punk y que recuerda a música folclórica italiana. Cerraron el festival las “perrxs salvajes” de Tremenda Jauría con su reggaeton feminista, que nunca deja a nadie indiferente.

Así acabó un año más el Shikillo Festival, que a pesar del calor, la falta de agua y los paseos entre la piscina, el camping y la zona de conciertos dejo patente un año más que este pequeño festival enclavado en la Sierra de Gredos es el evento perfecto si quieres disfrutar de buena música, un entorno incomparable y el buen rollo que caracteriza a estos festivales que todavía no se han convertido en uno de esos festivales masificados en los que lo último que importa es el grupo que este tocando.

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