El fotógrafo madrileño trabaja con una cámara analógica de placas y sin ningún retoque digital

Fernando Manso, el fotógrafo aliado del tiempo que sabe esperar al momento perfecto

Fernando Manso no explica su peculiar modo de trabajo en la galería madrileña Ansorena.
Fernando Manso no explica su peculiar modo de trabajo en la galería madrileña Ansorena.
Iñigo Artola
  • Iñigo Artola
  • Portadista. Redactor de cultura, internacional, política, sociedad y lo que haga falta. Devorador insaciable de series y películas.

El avance tecnológico y los modernos teléfonos móviles han acercado el mundo de la fotografía a los no profesionales. Muchos fotógrafos se han visto amenazados por la inundación de fotografías amateur que han propiciado redes sociales como Instagram o Facebook. Pero no es el caso de Fernando Manso, porque lo que él hace no lo puede hacer ningún móvil.

Manso decide apartarse de su carrera como fotógrafo para una agencia de publicidad en 1990. Desde entonces ha dedicado su vida a la fotografía artística. Su trabajo, reconocido por diversas revistas nacionales e internacionales, le ha llevado a exponer en grandes y prestigiosas galerías de países como Italia, Marruecos, Colombia, Filipinas, Rusia y, obviamente, su país natal España.

Fernando Manso explicando una de las fotografías que componen su última exposición 'Norte' en la Galería Ansorena.
Fernando Manso explicando una de las fotografías que componen su última exposición ‘Norte’ en la Galería Ansorena.

Su último trabajo, ‘Norte’, se expone en la Galería Ansorena de Madrid, en la calle Alcalá 52, hasta el próximo 24 de marzo. En esta muestra, Manso, pone a disposición del público un conjunto de instantáneas que retratan, por medio de 24 fotografías, la cornisa cantábrica ensalzando la belleza de todas sus formas.

Los principios de la fotografía como ‘modus operandi’

Este madrileño no persigue la cantidad si no la calidad. Y la calidad para él es la perfección. Es por ello que cuando Manso llega a un paisaje digno de ser inmortalizado no aprieta el disparador y se va. «Imagino la imagen que quiero tener y espero el tiempo que haga falta hasta que esa imagen mental que tengo en mi cabeza se da en la realidad», así, su paciencia sumada a una obertura del objetivo calculada para cada fotografía, hacen que sus fotografías parezcan sacadas de la mente del mejor novelista. O sean la envidia de cualquier diseñador gráfico que jamás podría conseguir el mismo resultado con retoques digitales.

 

Manso está más que acostumbrado que le pregunten si sus trabajos no están retocados, y no le cuesta nada explicar el porqué de esa sensación. Todo es por la cámara con la que trabaja, y su técnica en el manejo de la misma. Como quien habla de un preciado tesoro, Manso explica el funcionamiento de su herramienta de trabajo, una cámara cuyo funcionamiento está basado en los principios originales de la fotografía.

La paciencia es la madre de la ciencia

Fernando Manso se confiesa un enamorado de la zona norte de la geografía nacional. Asimismo, se confiesa un romántico de la fotografía. Y estas dos pasiones se condesan en ‘Norte’. Después de haber recorrido medio mundo, desde Europa a Norteamérica, pasando por Asia y Oriente Medio, en esta ocasión, Manso centra su mirada en Asturias. Sin separarse de su cámara analógica de placas de gran formato, Manso basa su trabajo en la observación.

Por esto, la paciencia es, quizás, su mejor virtud. Detrás de cada obra expuesta hay días, incluso semanas, de paciente espera hasta que decide abrir el objetivo e inmortalizar lo que tiene delante. «Le dedico mucho tiempo a observar, en esta ocasión (se refiere al trabajo previo a la exposición ‘Norte’) viajé por todo el norte. Estuve 25 días en Galicia y, en ese tiempo, solo saqué 6 fotos» ejemplifica Manso para hacer entender su modo de trabajo.

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