Ruiz Zafón: «Mis libros quieren y están orgullosos de ser libros, sería contradictorio llevarlos al cine»

Ruiz Zafón: «Mis libros quieren y están orgullosos de ser libros, sería contradictorio llevarlos al cine»
Carlos Ruiz Zafón. Foto: AFP

El escritor Carlos Ruiz Zafón, que ha presentado este lunes en Sevilla ‘El laberinto de los espíritus’, cuarta y última novela de su saga del Cementerio de los Libros Olvidados, ha afirmado que, en la creencia de que aún no ha «agotado» la ciudad de Barcelona como elemento de ambientación y casi como un personaje más, su importancia es capital en la tetralogía centrada en las vivencias de Daniel Sempere, sí le apetece «experimentar con otros escenarios y otras cosas».

Respecto a la Ciudad Condal, el autor, en una rueda de prensa en la Fundación Cajasol, donde también se ha programado la presentación del libro para la tarde de este lunes, ve la posibilidad de utilizar «otros modos de explorarla y de crear un personaje paralelo en torno a ella: no me cierro a ninguna posibilidad». Sí tiene claro, no obstante, que de volver a la misma será intentando buscar algo «diferente y nuevo», ya que lo que no hará es volver a la época y localización concreta que alberga la trama del Cementerio de los Libros Olvidados, «porque para mí ya está como tiene que ser».

«Es relativamente normal que uno utilice un escenario donde ha nacido y crecido; el modo en que lo absorbes, el lugar que tiene tus recuerdos de la infancia es muy intenso y permite jugar con eso de un modo que probablemente nunca podrías hacer con cualquier otro lugar, por mucho tiempo que haya pasado o que te guste», ha añadido.

A la postre, Ruiz Zafón supone que en algún momento, pues, volverá a visitar Barcelona, «pero, por supuesto, el mundo no se acaba allí, no muchísimo menos: hay escenarios con muchísimas posibilidades que pienso y barajo».

En la saga iniciada con ‘La sombra del viento’ (2001), el escritor catalán ha intentado «captar la esencia» de una Barcelona que no se corresponde con la localización «turística y festiva» de hoy día. «No es la que siempre he tenido presente, ni la que me parece más interesante», afirma, para exponer su preferencia por un enclave «gótico y barroco».

Y es que la ciudad actual «está muy lejos de ser la de los libros» para el novelista, que no ha querido hacer un «reportaje» de la capital barcelonesa, sino «jugar con el personaje e intentar llegar a una esencia que no es literal pero sí más verdadera».

En cuanto al último de los tomos publicados, reconoce que el cierre ha sido «la parte más complicada», si bien asegura que el mismo ha sido «gratificante» a medida que se clausuraba un ciclo iniciado hace quince años y en el que «vas viendo que todo cuadra como quieres». «Aunque los otros libros funcionaban muy bien, no tenía la sensación de haber terminado el trabajo, y ahora sí tengo, por fin, una sensación de satisfacción», ha manifestado.

Ruiz Zafón, que admite haberlo «pasado bien» con las posibilidades de algunos personajes, con los que podrá echar en falta «jugar con ellos», ha asegurado sin embargo que las expectativas de la historia «se han cumplido». «Para mí no está inacabado, estaba inacabado hasta ahora. Todo lo que haces puede ser infinitamente mejor, pero sólo lo puedes llevar hasta cierto punto: tú ya no sabes cómo hacerlo mejor, nadie más puede porque eres tú el que has armado la máquina», señala, apuntando a ése como el momento ideal de terminar antes de entrar en una espiral de «dudas» e «incertidumbre».

Se detiene el autor en el personaje de Alicia Gris, «para el que la tentación había sido meterlo antes, aunque su momento era éste, en otro hubiera sido un error». Es, para su creador, el «agente desencadenante» que permite a los demás el «descenso a los infiernos». También se refiere a la historia de Mauricio Valls, un villano cuya trama va más allá y supone la implicación de otros personajes. «Si el lector pensaba que con los tres libros anteriores lo sabía todo, aún le faltaba mucho, éste es el más complejo de todos y cierra todo el ciclo», resume.

Sería «contradictorio» llevar la historia al cine

Por lo demás, Ruiz Zafón ha señalado que no sería «honesto» dejarse influenciar en la historia de sus libros por las recomendaciones de sus lectores, a los que no les gusta etiquetar, distinguiendo entre público joven y adulto por un contexto emocional diferente, y ha vuelto a reiterar que, a su juicio, sería «contradictorio» para él que la trama se adaptara a otros formatos como el cine o la televisión.

«No tiene interés para mí», asevera, aludiendo a que la saga nace como un «canto a la literatura y una reflexión sobre el proceso creativo y la función narrativa clásica». «Son libros que quieren ser libros y están orgullosos de serlo, están bien como está y así se van a quedar», agrega.

En cuanto a sus propias vivencias, se confiesa un lector «omnívoro», más consumidor hoy día de literatura de no ficción que de su contrapartida, y habitual de dos obras a la vez, con una trayectoria que hunde sus raíces en los grandes clásicos y continúa con autores como Somerset Maugham, Raymond Chandler o, en clave española, Eduardo Mendoza, «feliz» Premio Cervantes.

Entre sus próximos proyectos se encuentra organizar la orquestación de algunos «esbozos» musicales que ha compuesto para acompañar la lectura de ‘El laberinto de los espíritus’, tal y como ha hecho con los libros anteriores de la tetralogía.

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