Dory sigue nadando en la gran pantalla en busca de su historia

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Millones de personas en todo el mundo se han reído con Buzz Lightyear y su creencia inquebrantable de que es un guardián espacial de verdad; se han emocionado con los primeros minutos de ‘Up’ y su visión tan romántica del amor que no tiene fecha de caducidad; se han quedado boquiabiertos con un pequeño robot llamado Wall-E que con tan poco, por no tener no tiene marcas de expresión facial ni cejas, expresó sentimientos tan complejos.

Otros tantos millones verán en Nemo el ejemplo perfecto de lo que supone ser padre y en la familia Increíble el paradigma de una familia modelo. Durante el año pasado no serán pocos los que entendieron gracias a ‘Del Revés’ casi a la perfección la importancia de las emociones en el desarrollo correcto de una persona.
Por medio de 15 brillantes películas, el estudio Pixar ha profundizado, en estos 30 años de vida, en la complejidad del ser humano valiéndose de objetos de lo más cotidianos. Valores como la amistad, el valor, la generosidad y sentimientos tan complejos como el amor o la culpa han sido genialmente explicadas a la audiencia por medio de juguetes, coches, monstruos y hasta de una rata que cocina.

Y así con todos y cada uno de los personajes de Pixar que se han convertido en iconos del cine contemporáneo. Lo que está claro es que desde que Pixar naciera, aquel 3 de febrero de 1986, el cine ha cobrado un nuevo color.
Y muestra de ello es la interminable lista de premios que ha ganado gracias a sus trabajos. Nueve de sus películas han estado nominadas al Oscar a mejor película de animación, y 7 se han llevado la estatuilla dorada a casa. Pero el gran logro de la compañía en los Oscars se encuentra en sus dos nominaciones en la categoría de mejor película. En la historia de los premios de la Academia del Cine tan solo tres películas de animación han estado nominadas en esta categoría: ‘La Bella y la Bestia’, ‘Up’ y ‘Toy Story 3’. Las dos últimas firmadas por Pixar.

DE LA QUIEBRA AL MÁS ARROLLADOR ÉXITO

El estudio del flexo vió la luz en 1976, bajo la sombra de George Lucas y su estudio Lucas Films. Años de investigación en temas de hardware de animación y en la perfecta consecución de efectos especiales por ordenador han hecho de Pixar lo que hoy se presenta al mundo como el mejor creador de historias animadas, según muchos críticos.
Pero Pixar Animation Studios ha pasado por muchos altibajos desde que Steve Jobs se hiciera con el control de la empresa en 1990. Desde la amenaza de bancarrota hasta múltiples ajustes de plantilla pusieron al estudio americano en la cuerda floja. Pero la salvación llegó de la mano de su alianza con la casa que vio nacer a Mickey Mouse.

Su unión con Disney, en 1991, con la firma de un contrato en el que se apalabró la creación de tres películas, dio como fruto el estreno en salas mundiales de Toy Story. En este primer contrato son curiosas las cláusulas con las que Disney se guardó la espaldas ante un posible fracaso total, manteniendo ésta los derechos «a su sola discreción, de abandonar el proyecto en cualquier momento, aun después de iniciada la producción». Todo el mundo sabe que esto hubiera sido un error, pues se cuentan en miles de millones anuales los beneficios que sus películas generan solo durante su paso por taquilla, sin contar beneficios de mercadotecnia.

A pesar de que las relaciones comerciales entre los dos estudios no era del todo fluidas, en noviembre de 1995 Toy Story se estrenaba en las grandes pantallas convirtiéndose en un éxito arrollador e inesperado. A raíz de este gran éxito, cuyo principal logro fue acercar el cine de animación al público adulto, Pixar empezó a despegar hasta llegar a ser lo que conocemos hoy. Fueron el sheriff Woody y el héroe espacial Buzz Lightyear, con su historia sobre la vida secreta que llevan los juguetes cuando las personas no miramos, los que convencieron a la crítica de tal modo que, ese año, los

Oscars la nominaban al premio a mejor guión original. Siendo la primera película animada de la historia nominada en esta categoría.
Es en este marco temporal, entre 1995 y el año 2000, cuando empieza a fraguarse uno de los departamentos más interesantes del estudio: el «Pixar BrainTrust». Un lugar de encuentro entre directores, escritores y artistas para que revisen los proyectos de los demás y compartir opiniones, ideas y críticas. Es aquí donde se han fraguado las grandes historias, y tan intrínsecas al ser humano, que Pixar ha plasmado en sus personajes animados durante todos estos años.

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